Hace un frío de órdago en España. Que la montaña de bufandas, gorros y abalorios varios no nos aíslen del universo mundo, mucho menos de quienes están a nuestro alrededor…
“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme.” (Mt. 25:35-36)