Cuando no me ardía el trasero en el asiento de la facultad de periodismo era cuando un profesor se salía del tiesto para expresar una opinión, a mí modo de entender, fundamentada y léxicamente bien construida.
Es un error garrafal atribuir todas las muertes de mujeres en nuestro país a la violencia de género”.
He hablado, con el debido cuidado a las tetas y empujones de Femen, sobre este tema en corrillos selectos. Y no extraigo muchas más conclusiones que las personales.
Por encima de todo; Un hombre, como una mujer, mata.
No creo que el animal que decide liarse a planchazos con su mujer, en ese horripilante momento, se remonte a la Babilonia que “obligó” a las mujeres a prostituirse. Dudo que viaje al repudio farisaico que terminaba con piedra en cabeza de las mujeres que eran acusadas de adulterio. Permítanme “descreer” que ese monstruo hace un repaso mental de la historia del sufragio restrictivo del voto y participación de la mujer desde que la razón dio a luz en forma de “democracia” y concluya: “Todo esto está mal” y opte por terminar con los derechos y obligaciones de la “mujer que ama” a mamporros. Sigue leyendo