La Pasión: la película más alegre de la historia
Durante una época, el postureo católico decía que el gran fallo de The Passion of the Christ (Mel Gibson, 2004) era que la abundancia de brutalidad y violencia tapaba por completo la esencia de la historia: el amor de Dios.
Según esta idea, lo realmente importante del relato no se percibía. Así, alguien que no conociera el Evangelio sólo vería la tortura y la agonía de un hombre, pero no captaría el meollo del asunto. Pienso que este modo de pensar es desacertado porque no tiene en cuenta que sólo desde la fe se puede reconocer la divinidad de Jesús. Sigue leyendo