Los que quedamos en medio
Jueguen a las naciones si les da la gana, pero háganlo en sus casas, déjennos en paz y respeten la democracia.
Es infantil y tramposo creer que una minoría mayoritaria tiene legitimidad democrática alguna para forzar al resto de catalanes a subirnos a un proyecto que ni queremos ni ofrece ventaja o seguridad alguna de prosperar. De hecho, solo las formas que se están empleando para llevarlo a cabo (la rebeldía contra la ley, el acaparamiento de las instituciones autonómicas, el bombardeo ideológico omnipresente y la utilización del “prusés” para tratar de encubrir a corruptos y violentos) son ya de por sí causas suficientes para que la deriva independentista a muchos nos produzca más dudas que ilusión, como bien señalaba ayer Agustín Pery. Sigue leyendo