Hace algún tiempo un periódico madrileño me llamó para ver si era capaz de encontrar a un periodista freelance en Bangassou. Habían oído cosas que parecían contradictorias, noticias que mezclaban cosas horribles y gestos hermosísimos. En concreto habían oído que un obispo había recogido en sus brazos a un imán de la mezquita de su ciudad después de que este hubiera sido matado a tiros por milicianos. El periódico quería una foto.
Las lágrimas de Bangassou


Encontrar un rincón de la República Centroafricana dónde se respira paz fuera de la capital es casi un milagro. Dónde no hay enfrentamientos sangrientos, hay desplazados de larga duración u otro tipo de inseguridad que impide a los habitantes vivir tranquilamente y ocuparse de sus familias. Desgraciadamente, parece que la realidad de los grupos armados se ha convertido en una lacra sobre todo el territorio poniendo en jaque a la Comunidad Internacional y al propio gobierno nacional. Sigue leyendo