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¿Existe Dios? El problema del mal y de la injusticia

En Religión por

A la afirmación de existencia de Dios los ateos siempre le han encontrado algunos ‘peros’. Probablemente, ninguno tan poderoso como el problema del Mal, de la Injusticia. Sigue leyendo

De lo que no se puede hablar

En Literatura por

«De lo que no se puede hablar» es el aforismo siete del final del Tractatus de Ludwig Wittgenstein, un incansable buscador de la verdad que vivió su vida con una intensidad y honestidad única. Y, aunque esta novela no es sobre él, la narración está impregnada de su pensar obsesivo e incansable en busca de la autenticidad, del sentido de la vida.

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¿Dónde quedó la religión? Un análisis histórico-filosófico

En Filosofía/Pensamiento/Religión por
Ícaro Henry Matisse

Por José Luis Sánchez Nogales
Catedrático de Filosofía de la Religión
Universidad de Granada

Dentro de la historia de la cultura se han dado diversos momentos de enfoque crítico religiosa desde la filosofía, la teología y otras ciencias. Ya en la filosofía griega se dio un primer enfoque filosófico crítico. Fue una primera filosofía preferentemente crítica de la religión surgida a raíz de la crisis del escepticismo (Demócrito) y del materialismo sofístico (Protágoras y Critias). El paso se da con la sofística -muy parecido al que luego se dará en la ilustración- y sus resultados caminan en dos direcciones: Sigue leyendo

Otro mesías que viene… y se irá

En España por

Una de de las evidencias más claras de la religiosidad humana es la cantidad de iluminados que se han alzado a cada momento histórico reivindicando para sí el signo de los tiempos y la salvación de su generación. Todavía más sorprendente y vergonzoso para el género humano resulta el apoyo con que siempre han contado dichos mesías y la fe ciega con que en muchas ocasiones han sido elevados por la multitud, aunque no por todos.

Montaje que circula por Internet
Montaje que circula por Internet

Como es natural –a excepción de algún honroso caso– todos ellos tienen una duración limitada o muy limitada y tanto su persona como su legado son, por lo general antes de consumar sus aspiraciones, desenmascarados y convertidos en víctima sacrificial a través del escarnio, la burla y el disimulo de quienes antes los habían elevado sobre el común de los mortales.

La lección que sacamos de todo ello -o la que no terminamos de aprender, según se mire- es que el hombre es, por definición, un ser imperfecto y condenado a caer una y otra vez en lo que la cultura judeocristiana ha venido a llamar “pecado” y que se explica por la debilidad de la voluntad humana. Tanto más, cuanto más amplio es el grupo de los llamados a redimir el mundo.

La cuidada pero vieja estrategia de Podemos va precisamente en esta dirección. A través de la clasificación de los españoles entre los buenos y los malos, la “casta” y el “pueblo“, se han erigido en portadores de una verdad moral cuya manifestación política y órgano redentor es Podemos.

El mismo nombre de la formación recoge en la acción indefinida (el verbo sin complemento directo) cualquier aspiración o esperanza con que se quiera adornar a quienes llevan la corona (no pretendida) de someter a la “casta” a su juicio final y llevar al “pueblo” al paraíso. Ya en su momento lo intentó Gordillo cuando al prometer su cargo de diputado del Parlamento Andaluz, lo hizo comprometiéndose con “las criaturas humanas, la utopía, el pueblo andaluz, la nación andaluza, la insumisión y la libertad”.

Aunque más pueblerino, estrafalario y algo menos agraciado, el edil de Marinaleda afronta, como le tocará en su momento al apuesto profesor universitario, el destino histórico de completar el círculo natural de todos los mesías y pasar por el ara sacrificial, como es de rigor.

Así, independientemente del ámbito en que se pretenda la “salvación” de los hombres, el mesianismo es una de las más explosivas formas de promoción social (si no, recuerden quién era Pablo Iglesias en enero de 2014) pero también una de las más difíciles de mantener. Su efectividad radica en lo más íntimo de la antropología: en su sentido religioso. Sin embargo, a diferencia del resto de líderes, (a quienes se podrá vituperar si caen) al mesías no se le permite bajar del pedestal si no es con una piedra de molino al cuello.

El mito griego de Ícaro y Dédalo ilustra bien lo que ocurre a quienes se olvidan de la debilidad de la condición humana.
El mito griego de Ícaro y Dédalo ilustra bien lo que ocurre a quienes se olvidan de la debilidad de la condición humana.

Hay que reconocer que Iglesias ha sido valiente, y que hará falta más que una entrevista con Ana Pastor para empañar el brillo de la estatua de oro con que presuntamente le adoran cientos de miles, quizá millones, de españoles. Es posible incluso que, independientemente de lo equivocado de sus ideas, en lo personal sea “trigo limpio”. Lo desconozco.

El error original de la formación que lidera, sin embargo, es olvidar la condición natural del hombre, y la verdad de que, independientemente de la bondad de las propias ideas, todo el mundo es capaz de convertirse en casta. Si no, que se lo digan a Errejón.

No tenerlo en cuenta es infantil, presuntuoso y peligroso, pues, aunque uno pueda engañarse a sí mismo, el “pueblo” que ahora le adora terminará por aborrecerle. La pregunta es si caerá antes de las elecciones generales, o habrá que cargar con él durante la próxima legislatura.

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