¿Son mejores los periodistas que se han titulado en una universidad que los que solo han aprendido practicando el oficio? ¿Es necesario el título para ejercer la profesión? ¿Cómo debe ser la enseñanza de esa profesión? En este eterno debate, cada vez hay más foros, reuniones, encuentros y congresos en los que se trata de encontrar respuestas a estas y otras preguntas sobre el tema. Como un adelanto, lo que sí se puede asegurar es que de los periodistas que trabajan en España el 80% poseen la titulación universitaria.
En una de esas reuniones, el Laboratorio de Periodismo que organiza la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), se ha puesto de relieve el problema de la masificación que padecen los estudios de periodismo. En los últimos 35 años, en España se han licenciado en periodismo 78.000 jóvenes, y en los últimos tiempos cada año lo hacen unos 3.000, de los que solo se emplean unos 600. Algunos de los responsables de estos estudios defendieron en la reunión la necesidad de hacer más difícil la carrera, para que tuviera un prestigio mayor y para acreditar que el estudiante va a servir realmente para la profesión. Reducir y recortar serviría para ir hacia la excelencia; haría bien a la carrera, a la profesión y a la sociedad. Un ejemplo de la masificación es el número de facultades que hay en España: más de 40 centros dedicados a la enseñanza del periodismo, que concentran a unos 19.000 alumnos.
Sin embargo, varios decanos y exdecanos defendieron en dicha reunión que los actuales planes de estudio y los actuales profesores sí forman adecuadamente, aunque también subrayaron algunos de los intervinientes que hay pocos profesionales del periodismo en las facultades.
La mayoría insistió en que los periodistas deben tener formación universitaria y en que, aunque no existe un método ideal para formar periodistas, es necesario adaptar la enseñanza a la nueva realidad social, cultural y tecnológica y en que es también necesario utilizar las nuevas tecnologías en la docencia y ofrecer másteres como complemento de la enseñanza universitaria. Los másteres constituyen un buen método de enseñanza en el periodismo porque fomentan la especialización.
Los profesores que intervinieron en el Laboratorio reconocieron el desánimo con que se enfrentan los alumnos a los estudios, ante las dudas de si la carrera servirá a la larga y de si encontrarán trabajo. Ante este panorama que presentan los alumnos, los profesores, además de docentes, tienen que asumir el papel de motivadores –para el que reconocen que no se encuentran preparados– con el fin de convencer a los alumnos que hacen bien al estudiar y licenciarse.
En cuanto a los alumnos, algunos se quejaron de la carencia de prácticas y la falta de materiales y de que algunos profesores no tengan experiencia profesional, lo que reconocieron algunos docentes, que subrayaron la conveniencia de que los profesores, si no todos, muchos, sean periodistas en activo. Los alumnos pedían, en definitiva, que los planes de estudios sean más cercanos al ejercicio de la profesión.
En este Laboratorio de la APM muchos insistieron en que la profesión periodística debe ser una profesión titulada y colegiada, y en que es necesaria una estructura profesional más rigurosa en la carrera porque la profesión es cada vez más compleja.
Tanto en el mencionado encuentro como en otros varios se pone de relieve que, pese al panorama –que muchos califican de desolador– la carrera de periodismo sigue atrayendo a miles de jóvenes. Se reconoce que cada vez hay más actividades prácticas y que aumentan los convenios de los centros de enseñanza con empresas. Aunque las empresas echan la culpa de la situación a los centros por licenciar a un número tan alto de periodistas que no pueden absorber, y las universidades critican a las empresas porque contratan mano de obra barata y no titulada.
En una de estas reuniones sobre los estudios de periodismo, un profesor reconoció la falta de implicación de los estudiantes. Puso como ejemplo la prueba que hace a sus alumnos el primer día de clase: preguntarles que periódico ha leído cada uno ese día. El resultado no puede ser más pesimista: de 40 alumnos solo cuatro habían leído un diario. Y la respuesta es más deprimente cuando indaga que noticiarios han escuchado en una emisora de radio ese día: en muchas ocasiones se encuentra con la respuesta de que ninguno.
El futuro de la información depende de comunicar inteligentemente lo que está ocurriendo en el mundo, un mundo cada vez más complicado.
Por eso, concluye que no hay que dar mucha importancia cuando los alumnos se quejan de que hacen pocas prácticas, porque entienden las prácticas solo como el manejo de una cámara de televisión, pero no entienden que también sea una actividad práctica manejar con destreza la lengua español. O conocer la realidad del mundo que les rodea, a pesar de que, como decía el famoso periodista norteamericano James Reston, “el futuro de la información depende de comunicar inteligentemente lo que está ocurriendo en el mundo, un mundo cada vez más complicado”. No debe el periodista limitarse a comunicar literalmente un hecho, “hay que explicarlo. Por ello, una buena formación humanística es un requisito sine qua non para ejercer el periodismo”.
De las palabras de James Reston se concluye que en los planes de estudio se debían incluir más conocimientos de cultura general (literatura, historia, geografía, ciencias políticas…), además de un dominio de las técnicas del oficio, tanto en los aspectos teóricos como prácticos, según muchos de los 350 profesionales de 57 nacionalidades que asistieron en Bélgica al Tercer Congreso Mundial de Periodismo y Educación.
En esta última reunión surgieron ideas originales para la enseñanza del periodismo, como plantear a los estudiantes que creen un blog sobre un tema del que sepan mucho, para poder criticar las noticias que aparecen en los medios de comunicación sobre ese tema. Eso permite a los alumnos aprender a valorar, a interpretar y a analizar con criterio propio la información de los medios.
En definitiva, que la importancia del papel que desempeña el periodista en la sociedad para que los ciudadanos actúen con una buena información obliga a que la enseñanza del periodismo se convierta una y otra vez en objeto de estudio y de debate, y de que se anime a los jóvenes que se acercan a los centros a que sigan adelante si, pese a todos los inconvenientes, sienten que pueden desempeñar en el futuro ese papel.
FOTO: Flickr (Mer Chau)