Mirada Grossman, vía Grossman
Días de furia. La transmisión en directo, a través de Facebook, de la matanza (casi 50 muertos) perpetrada en Nueva Zelanda por Brenton Tarrant, añade un plus de repugnante espectáculo al acto de terror. El terrorismo siempre fue un acto de propaganda. Ahora, el odio a los musulmanes puede convertirse en un diabólico vídeo, con aspecto de juego, en un mundo en el que cada vez es más difícil distinguir la realidad de lo virtual. Matanza islamofóbica cuando se cumplen ocho años de una guerra en Siria en la que el yihadismo del Daesh ha llevado a cabo genocidios sistemáticos. El mismo nihilismo con diversas máscaras. Voluntad de destrucción del otro y de uno mismo.
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