Una invitación a leer… mejor
«Si vale la pena leerlo, vale la pena leerlo dos veces» (p. 11). Los libros de invitación a la lectura son, por sí mismos, una paradoja. Como cuando el profesor recuerda en clase las bondades de asistir a clase; es decir, que se lo recuerda precisamente a los que asisten, y no a los que necesitan ese consejo. Sin embargo, en tiempos de crisis de asistencia y de lectores, el que alguien nos recuerde a los que asistimos y leemos el sentido de hacerlo resulta gratificante. Además, el título del libro pone la venda antes de hacerse la herida. No se trata ya sólo de leer… sino de leer… mejor.
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