Cafarnaúm: lo horrible de la vida o todo lo contrario
Nadine Labaki (Caramel, Et mainteinant, on va oú?) firma esta sinfonía de imágenes e historias extraordinarias.
Sigue leyendoNadine Labaki (Caramel, Et mainteinant, on va oú?) firma esta sinfonía de imágenes e historias extraordinarias.
Sigue leyendo“El tiempo pasa… Nos vamos poniendo viejos…”, cantaba Mercedes la negra Sosa allá por 1982, en una de esas canciones que escuchas durante la infancia y no olvidas jamás. Ahora que soy adulto, y me he desprendido de las cosas de niño —que diría San Pablo— podría añadir que no sólo me hago viejo. También menos ingenuo. Y más escéptico. Cada dos por tres me encuentro con adultos a los que les ha ocurrido lo mismo. Pero ignoro si esta metamorfosis es universalizable.
Sigue leyendoEl problema catalán ha puesto sobre la mesa una clásica cuestión política que tiene que ver con nuestro entendimiento de qué es una democracia. Montesquieu y Rousseau ilustrarían dicha cuestión de manera paradigmática. Permítanme reconstruir la polémica entre ambos mediante la metáfora del castillo y del hogar. Metáfora que remite a la vida castellana, serena y apacible, de Montesquieu en La Brède y a la vida errante, agitada y desgraciada, de Rousseau. Perseguidor infatigable de un hogar utópico que colmase su yo, fuese el de una república al modo de Esparta o el de un grupo familiar, autónomo y autosuficiente, como el de Clarens.
Estoy de acuerdo con Rawls cuando negaba la existencia del contrato social (Rousseau), porque no existe acuerdo o consenso con el Estado, ni puede existir mientras haya individualidades con opiniones y anhelos tan dispares (para Rawls hay un contrato hipotético que nos ayuda a pensar las circunstancias reales como experimento mental), así como tampoco es real el derecho natural (Hobbes creía que se nos usurpaba) porque el ser humano siempre ha estado subordinado a algún tipo de institución política. Ahora bien, el filósofo político estadounidense se hacía el siguiente experimento mental: el contrato hipotético no consensualista de si pudiéramos negociar nuestra situación/asociación con el Estado (algo que no podemos hacer de facto porque existe una jerarquía piramidal, a efectos el Estado nos mira desde arriba de sus atriles o diversos estamentos como a hormigas). Sigue leyendo
Se nos ha dicho por activa y por pasiva que esta es una generación que pretende para sí misma el haber aparecido en medio de la nada. Una generación completamente desvinculada de su propia historia, desligada de sus tradiciones y recorrido histórico, “injusta” para con sus mayores, descastada. Sigue leyendo
Ser periodista se está convirtiendo cada vez más y más en que lo “utilicen” a uno. A quienes nos dedicamos a este bello oficio –“el más hermoso del mundo“, se decía antes– nos faltan manos para enarbolar más banderas. Habría que alzar una por cada colectivo, corriente, ONG, movimiento, asociación o lobby que ve en nosotros la oportunidad para adelantar unos pasitos en la carrera por colarse en la agenda mediática y por hacerlo antes que el equipo contrario.
Esto nos coloca a los profesionales de la comunicación en una situación comprometida. Les pondré un ejemplo: Sigue leyendo
Escucho en cierta cadena de televisión: “Les contamos el caso de una señora que ha sufrido desigualdad” (lo que seguía era lo mismo de casi siempre: un caso de injusticia presentado como desigualdad). ¿Que ha sufrido desigualdad? ¡Pero cómo va a haber sufrido desigualdad si la vida es esencialmente desigual! ¡Esa señora ha sufrido la vida, entonces! La vida es desigual (pero no como la marca Desigual, que, para ser franca, debería llamarse Todosigual). Esa señora puede haber sufrido y seguramente haya sufrido una injusticia tremenda e inaceptable, pero no ha sufrido desigualdad. Le voy a explicar por qué. Sigue leyendo
Dijo uno que el racismo se cura viajando. Pero no a los Estados Unidos de América.
El 16 de septiembre llega a la gran pantalla “Los hombres libres de Jones” (“The Free State of Jones” es el título original), un relato basado en hechos reales, sumergido en la contienda que iba a enfrentar en 1861 a los Estados de la Unión con los Confederados del sur. Sigue leyendo
Hace unos días apareció publicada en esta misma revista una asombrosa réplica a mi artículo “La venganza os hará libres“, de nuestro anónimo y genial colaborador Ignatius Reilly. Sin desperdiciar la ocasión de manifestar mi admiración al autor y felicitándole por su publicación, escribo esta tercera entrada profundizando en la cuestión en tres direcciones concretas, que considero necesarias para una correcta comprensión de la venganza. Y nauseando y vomitando –como él hiciera– sobre su pijama rosado que un día oliera a miel y jazmín. Sigue leyendo
En el mundo de Harry Potter y también en el mundo de la fenomenología de la religión, es conocida la distinción que hace Levinas entre lo sagrado y lo santo. En la categoría de lo sagrado, cabe la obra entera del genial Rudolph Otto Des Heilige, que malamente se ha traducido en España por “Lo santo”. Pero hay en lo santo (qadosh) una eminente distancia respecto del hombre que no podemos adscribir a lo sagrado, por muy tremendo y fascinante que resulte.
Patrick Jane ha sufrido la muerte de su esposa y de la hija común. Un golpe en lo más profundo de la entraña, que revuelve la vida del protagonista de la serie “El mentalista”, y le sustrae su centro de gravedad, el motivo único del mundo, el lugar íntimo de comprensión de todo cuanto a su mirada se abría. Y a manifiesto agravio, como en el teatro del patrio Calderón, manifiesta venganza: Jane transmuta valores; para librarse de la más incisiva de las injurias resuelve vengar los despiadados asesinatos y jura furor eterno al antagonista, John “el Rojo”. Sigue leyendo
Había una vez un emperador muy presumido, presumidísimo, a quien el sastre real había confeccionado un “flamante” traje transparente con el que admirar al mundo. Sus más allegados, por miedo a sufrir la ira del monarca, desistieron de intentar disuadirle de la idea de pasearse en público ataviado de tal guisa… El resto de la historia la conocen perfectamente o pueden imaginársela.
Precisamente este jueves, la dirección editorial de ‘El País’ calificaba como un “pésimo final” la decisión de la Fiscalía de querellarse contra el presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, por indicios de delito durante la preparación, celebración y financiación de la consulta ciudadana que –recordamos– había sido prohibida por el Tribunal Constitucional (TC). Sigue leyendo