El Club de los Negocios Raros
El congreso de los diputados ha intentado con todas sus fuerzas durante los últimos ocho meses convertirse en el Club de los Negocios Raros. Y está a punto de conseguirlo.
Tal y como describió Chesterton en la obra que por título lleva tan sugerente nombre, los políticos que supuestamente laboran en este espacio son dignos mandatarios de esta empresa de extravagancias y sinsentidos en la que se ha convertido la Cámara baja.
Las razones para nuestra alocada conclusión vienen en los mismos requisitos que figuran en las primeras páginas del libro. Aquí van las cláusulas de tan nobilísimo Club: Sigue leyendo