¡Diviértete hasta morir!
“En 1984, agregó Huxley, la gente es controlada infligiéndole dolor, mientras que en Un mundo feliz es controlada infligiéndole placer. Resumiendo, Orwell temía que lo que odiamos terminara arruinándonos, y en cambio, Huxley temía que aquello que amábamos llegara a ser lo que nos arruinara. Este libro trata de la posibilidad de que sea Huxley, y no Orwell, quien tenga razón.”
(Neil Postman, Divertirse hasta morir, Prefacio) Sigue leyendo