El verano de un recuerdo
Los escasos números que quedan por tachar en junio, las advertencias a causa de las altas temperaturas, pronósticos meteorológicos varios, alguna conversación del grupo contiguo en la cafetería o los anuncios inquisidores que nos persiguen en la web tras haber hecho una consulta inocente acerca de posibles planes estivales nos urgen a encontrar unas vacaciones que superen las pasadas.Como si de una competición se tratara, buscamos lo más exótico posible, experiencias (con frecuencia llamadas escapadas) que permitan la evasión. Cuanto más lejos mejor, si el destino es insólito lograremos provocar la admiración de nuestros interlocutores, en caso de preguntas sobre el alojamiento y sus alrededores, contestaremos reproduciendo las maravillas que figuraban en la descripción del catálogo y si resulta que a la larga no resultaban tan ciertas, probablemente fingiremos que se cumplieron nuestras expectativas.
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