Cannes y los amantes
Siempre he pensado que si tuviera que ir a algún festival de cine iría a Cannes. No me refiero a una elección a punta de pistola, evidentemente. Simplemente, a veces me gusta imaginar una vida en la que todo es posible y elijo lo que me da la gana. Me encanta. Me imagino levantándome a media mañana, asomándome a la terraza de mi habitación en el Hotel Carlton y encontrando el Mediterráneo entero para mí. En la terraza de al lado está Cary Grant ofreciéndome un pitillo. Junto a él aparece Grace Kelly y está tomando algo de champagne para desayunar. No llevo aquí ni media hora y ya me apetece cotillear, beber, amar y fumar como en Buenos días, tristeza. Miro a los lados, parece que de cualquier rincón saldrá Jep Gambardella dispuesto a dar un largo paseo en el que podamos hablar de la nostalgia.
Esta semana se ha montado una enorme polémica con el festival de Cannes, aunque ya ni siquiera recuerdo lo que era una polémica de andar por casa, si soy sincero. Almodóvar contra Netflix. El primero defiende las salas de cine, el segundo defiende que pueda verlo mientras hace sus necesidades. En concreto, el director se refería con dureza a la negativa de la productora (y plataforma de vídeo en internet) a mostrar sus películas previamente en las salas de cine de Francia. Todo ello ha conllevado que se desatara la furia en las redes, como siempre. Sigue leyendo