Razón y fe, el desafío pendiente de la Ilustración
Al contrario de lo que se suele pensar, la Ilustración es fruto de la historia cristiana. Resulta paradójico, si lo pensamos, que la ideología ilustrada se afirme tanto como una oposición radical frente a la tradición cristiana y el principio de autoridad de la religión en la Europa moderna de los siglos XVII y XVIII. Un periodo marcado, por un lado, por las guerras de religión (o mejor dicho, de política religiosa, justo después de la reforma luterana) que estallaron sobre todo entre católicos y protestantes; y por otro lado, por la lucha por el control y la moralización de la vida política por parte de las iglesias. Con la consiguiente búsqueda de una “tolerancia” posible que salvara, gracias al uso sensato de la razón y del conocimiento, del abuso de una legislación moral de impronta religiosa a toda la sociedad.