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ETA

Todavía queda mucho por frotar…

En Viñetas por

El 4 de mayo ETA anunció su disolución. ¿El perdón a las víctimas? Con justificaciones y cuentagotas. Breve apunte: no se nos debería olvidar que todos fuimos y somos víctimas pues todos éramos susceptibles de portar una diana en la nuca.  A algunos valdrá esta escenificación, a muchos no. Lo que está claro es que todavía queda mucho por frotar y muchos años para dar sombra -que jamás olvidar- tanta sangre derramada.

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Patria, el relato de los resentidos

En Literatura por

La ciudad y los libros. Estas eran las razones que esgrimía Fernando Aramburu, autor de Patria -uno de los éxitos editoriales de España en los últimos dos años- para haberse salvado de ETA. En una entrevista concedida a La Linterna de Juan Pablo Colmenarejo, el autor donostiarra explicaba lo sencillo que podría haber sido para él haber terminado arrojando un cóctel molotov contra los txakurras en el centro de San Sebastián.

— “Si yo estuve en el mismo lugar, sometido a las mismas condiciones sociales, al mismo adoctrinamiento, cerca de la misma estética. ¿Por qué yo no empuñé armas y ese otro sí? El hecho de haber vivido en una ciudad es una gran diferencia respecto a haberlo hecho en un pueblo pequeño donde todos se conocen y donde el control de los ciudadanos es mucho más sencillo. Sigue leyendo

Unos matan, otros mueren

En España por

En las Facultades de comunicación creo que se sigue enseñando el llamado síndrome del foso de orquesta. Este concepto fue definido por el asesor de Ronald Reagan y se podría explicar de esta forma: en un debate un político sube a un escenario y explica de manera efectiva y sesuda su programa. Causa buena impresión. En el momento de la réplica, su rival sube al escenario y en el tramo de escaleras resbala cayendo al foso de la orquesta. En este caso, los titulares del día siguiente se centrarán en el resbalón y no en el debate ni las medidas propuestas.

Hay ejemplos diversos: desde la cuenta de twitter de Trump hasta la mosca de Obama o el hijo de Bescansa en el Congreso. En la actualidad española hay algunas figuras que saben de este fenómeno y juegan con él a su voluntad. Sin ese foso de orquesta no hubiera sido posible, por otra parte, el nacimiento de la posverdad, y la ideologización de cualquier concepto, incluso el de la vida humana. Sigue leyendo

ETA

En España por

Hay una  historia que repugna tener que contar. Una historia triste, con héroes olvidados y villanos enaltecidos. Una historia donde los buenos no ganan y los malos no pierden. Una historia que huele a sangre y  a plomo. Una historia de amenazas y chantajes, de secuestros y extorsiones. Una historia de bombas en los coches y tiros en la nuca: la historia de ETA.

Sin embargo, tan infame como la propia historia ETA es la idea que de ella se está contando. El relato que hace pocos años sólo era repetido por los propios terroristas y por los que expresa o tácitamente los apoyaban, ahora ha calado en buena parte de la sociedad española que ha interiorizado muchos de los principios de la cosmovisión abertzale. A tratar de desmontar alguno de ellos dedicaré este articulo.

I. Los comienzos

En primer lugar,  hablemos del mito fundacional. ETA nace en pleno régimen de Franco como oposición armada al mismo. Esto hizo  que muchos españoles que militaban en la causa antifranquista vieran con simpatía unas acciones que interpretaban que iban destinadas a provocar la caída de la dictadura y acelerar, en consecuencia, la llegada de la democracia. Nada más lejos de la realidad. ETA no quiso acabar con la dictadura franquista sino sustituirla. Prueba de ello es que son precisamente los años inmediatamente posteriores a la aprobación de la Constitución en los que ETA despliega todo su potencial criminal.

 

Muchos vieron con simpatía unas acciones que creían que iban destinadas a provocar la caída de la dictadura. Nada más lejos de la realidad.

 

Frustrar la consolidación de un sistema democrático que garantizase la libertad y la igualdad de todos los españoles, que albergase en su seno todas las opciones políticas y que reconociese la diversidad cultural y social del país se convirtió en su principal objetivo.

Aunque el proyecto político de ETA era incompatible con la incipiente democracia se hicieron importantes esfuerzos por tratar de integrar a todos lo que habían militado en la organización. Así, nada más morir Franco, hubo un indulto general  del que se beneficiaron 12.000 presos,900 de ellos presos por razones políticas, en 1976 una amnistía parcial y en 1977 una amnistía general que supuso la liberación de todos los presos de ETA. Es verdad que hubo militantes de ETA que aprovecharon la situación para reconducir sus vidas y abandonar en terrorismo, pero no es menos cierto que la organización aprovechó esta situación para coger fuerza e incrementar de manera despiadada la dinámica criminal.

Además, la estrategia de ETA esos años es especialmente macabra: pone en su punto de mira a militares y guardias civiles, tratando de provocar así una reacción golpista. Había que acabar con la democracia y ETA encontró un instrumento utilísimo para ello en los sectores mas reaccionarios e inmovilistas del régimen anterior.

II. Un proyecto totalitario

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Es importante recordar que ETA es una organización política. Esta es una idea que no por obvia hay que dejar de repetir –más aun cuando vemos las reacciones  que provoca en mucha gente oírla en boca de Pablo Iglesias o Monedero–. Los miembros de ETA no matan por sadismo, odio o perversión. Los asesinatos son fríos y calculados, obedecen a una estrategia. ETA quiere imponer una dictadura identitaria de corte estalinista sobre el País Vasco, Navarra y el llamado País Vasco francés y para ello recurre a la violencia. La violencia es una herramienta, en ningún caso un fin.

 

La violencia es una herramienta, en ningún caso un fin. Su proyecto totalitario sigue siendo el mismo.

 

Por lo tanto, no debemos olvidar que aunque ETA no mate, lo que sin duda es una buena noticia, la izquierda abertzale no ha renunciado a ninguno de sus objetivos. Su proyecto político totalitario sigue siendo el mismo, simplemente considera más eficaz para su consecución dejar la violencia. Estemos atentos, para no dejarnos engañar, por todos aquellos que, diciendo que condenan la violencia ¡venga de donde venga! –desconociendo que uno de los principios básicos de cualquier democracia es el monopolio de la violencia por parte del Estado–, comparten proyecto político con los asesinos. Además,  quien así se pronuncia está legitimando  la actividad terrorista porque ante un violencia injusta la respuesta violenta se vuelve justa.

III. No es democracia

Ante el relato que  nos habla de bandos enfrentados, victimas de todas partes y sufrimiento colectivo es imprescindible plantarse y poner pie en pared. Digámoslo claro: la democracia no ha tenido una oportunidad en el País Vasco desde antes de la guerra civil. A los cuarenta años de régimen de Franco hay que sumarle otros cuarenta mas de totalitarismo etarra. No hay democracia en donde te expones a que te peguen un tiro si te sales de la ortodoxia nacionalista. No hay democracia donde la gente huye  de sus pueblos y ciudades por pensar diferente. No hay democracia donde la gente habla en voz baja de política, o no habla directamente. La opresión social, política e institucional ha sido tan fuerte que se cuentan por decenas de miles los exiliados. Si a ellos les sumamos los centenares de muertos y el incontable numero de sometidos por el terror vemos que ha tenido lugar es un verdadero intento de limpieza étnica y política.

 

Ha habido un verdadero intento de limpieza étnica y política en el País Vasco.

 

Esta situación pone aún más en valor la actitud de algunos ciudadanos que han plantado cara al terror y se han atrevido a condenar públicamente los crímenes que se estaban cometiendo. Mientras muchos miraban –bien por complicidad, bien por cobardía– para otro lado , hubo héroes que se atrevieron a salir a la calle, jugándose y perdiendo la vida, a plantar cara a los asesinos. Son una minoría a la que además se sigue intentado silenciar. Antes molestaban a los asesinos y sus cómplices, ahora a los profetas del nuevo “tiempo de paz”.

Tiene lógica que aquellos a los que el terror etarra les daba importantes réditos en forma de votos o  de puestos de trabajo quieran que se pase página rápido y no se rebusque entre la basura (no vaya a ser que descubramos como se beneficiaron del sufrimiento de tanta gente). También que aquellos cuyo silencio cómplice, y dinero, se tradujo en estrellas Michelin o fama internacional nos intenten contar una narración de los hechos tan falsa como inmoral. Pero no la tiene la rapidez con la que el resto hemos asumido ambas cosas.

Fernando Savater escribió un articulo, que a todos recomiendo, al hilo de la casi victoria de los partidos constitucionalistas en las elecciones autonómicas vascas del año 2001.  El Partido Socialista y el Partido Popular fueron de la mano para ofrecer una alternativa no nacionalista. Jaime Mayor Oreja y Nicolás Redondo lideraron el proyecto, acompañados en el ámbito civil del propio Savater. En los años anteriores ETA había asesinado a Gregorio Ordóñez, a Miguel Ángel Blanco o a Fernando Buesa. Como en la Transición los militares o guardias civiles, o después jueces o fiscales, ahora los políticos de alguno de esos dos partidos se habían  convertido en objetivo prioritario. Las elecciones no se ganaron, pero abrieron, a pesar de la frustración, una rendija a la esperanza.

El articulo se titula “Viva el perder” y quiero que su ultimo párrafo sea también el de este artículo:

Sentirse animado o desanimado ahora es ya cuestión de carácter. Comprendo muy bien a los que, ante el olor y el color de lo que han sacado a flote estas elecciones, sienten la tentación de tirar de la cadena y marcharse dignamente. Pero yo prefiero acordarme de aquel ácrata, ‘tipógrafo que fue de La Moderna’ en el bello poema de Félix de Azúa, que gritó ante el pelotón de fusilamiento: ‘¡Viva el perder!’. Y permanezco junto a los que siguen jugando, aun sabiendo que hay tantas cartas marcadas. A los acomodaticios, a los resignados, a los amonestadores que todo lo adivinaron antes que nadie pero procuraron decirlo después, a quienes nos preguntan: ‘¿Habéis aprendido la lección? ¿Os arrepentís?…’, les responderemos la palabra sagrada con la que empieza la libertad: ‘¡No! Claro que no’.

“Menos con Bildu y el PP”

En Elecciones 24M/España por

A las cuatro de la tarde del sábado 27 de octubre de 1979 ETA asesinaba a tiros en la localidad de Villarreal de Urrechu (Guipúzcoa) al fotógrafo GERMÁN GONZÁLEZ LÓPEZ, militante del PSOE.

Con el asesinato del senador socialista ENRIQUE CASAS, la banda terrorista ETA culminó su macabra campaña electoral para las autonómicas vascas el 23 de febrero del año 1984, en la que además de asesinar a un candidato del PSOE pidió el voto para HB.

El 28 de abril de 1987 fallecía MARÍA TERESA TORRANO FRANCIA, ama de casa y militante socialista que había resultado gravemente herida en el ataque con cócteles molotov que siete etarras llevaron a cabo contra la Casa del Pueblo de Portugalete (Vizcaya) el 25 de marzo.

JOSÉ LUIS BARRIOS CAPETILLO, hijo de un concejal socialista, fue asesinado la noche del viernes 16 de septiembre de 1988 de un tiro en la cabeza a manos de dos etarras a los que su padre acababa de servirles una cerveza en el restaurante familiar en Santurce. Sigue leyendo

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