Revista de actualidad, cultura y pensamiento

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Érase una vez el BBK Live 2018

En Música por

Hace poco más de una semana las tiendas de campaña de Quechua empezaron a poblar el monte de Kobetamendi, en Bilbao.

Aquel mar de plástico pintoresco y de promoción marcaba el inicio de una nueva edición del festival de música BBK Live 2018.

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¿Qué es actualidad?

En Periodismo por

Hoy, jueves, algunos de los que escribimos en estas páginas acudiremos al CaixaForum de Madrid para ver si nos cae un premio: el de Mejor Blog de Actualidad de los Premios 20blogs, que concede el diario 20 minutos. [Actualizado: ¡Nos lo dieron!]

Si es usted uno de los que ya se ha dado un garbeo por Democresía, quizás se sorprenda. ¿Actualidad? ¿Desde cuándo? Lo cierto es que es más probable leer en esta revista textos y nombres de personajes pretéritos que encontrar algún resquicio –que los hay– de lo que uno podría encontrar en un periódico común y corriente. Y, sin embargo, la mayoría de los que escriben en estas páginas son periodistas en alguna medida, sea por formación o por vocación. O ambas. Entonces… ¿nos hemos vuelto locos? Sigue leyendo

Periodismo en la pendiente de la degradación

En Periodismo por

Aunque con el comienzo de un nuevo año lo lógico sea mostrarse optimista, en el caso de la evolución del periodismo me temo que yo peco de pesimista. Por lo que voy viendo y leyendo en los últimos tiempos, el periodismo sigue degradándose al irse situando al mismo nivel que el espectáculo o el entretenimiento.

Y esa frivolización y adulteración se hace más patente si cabe en el caso de la televisión. En los tradicionales noticiarios son cada vez más los deportes y los sucesos, y la que podríamos llamar información general queda convertida en una pobre secuencia de imágenes y de llamativos titulares. Sigue leyendo

The River Tour: odisea por una ilusión

En Democultura por

Es un cabrero de Nebraska que colapsa la capital de España“. Así han denominado a Bruce Springsteen en algunos medios de comunicación, después del éxito arrollador de su paso por la Península en la gira The River Tour. Pero, ¿es eso cierto? La verdad que la envidia es gratuita.

El pasado 21 de mayo asistimos 55.000 personas al estadio Santiago Bernabéu para vivir uno de los conciertos más esperados de la gira. Bruce Springsteen no venía solo, le acompañaba The E Street Band, un grupo musical estadounidense de rock conocido por su trabajo con el artista desde su debut en 1973 con Greetings from Asbury Park, N.J. y sus colaboraciones con otros músicos como: Bob Dylan, Neil Young, David Bowie o Carlos Santana, entre otros.

El pasado Bruce Frederick Joseph Springsteen, más conocido como Bruce Springsteen llegaba a Madrid junto a The E Street Band para dar su 44º concierto en España dentro del el tour internacional.

Esta locura capaz de colapsar las calles cercanas al estadio madridista comenzaba el 3 de octubre de 1980 con la gira original The river Tour, con la que dieron 140 conciertos memorables con una única receta: un gran directo y una puesta en escena incansable. La misma que sigue hoy acompañando al Boss en cada una de sus giras y con la que pisó por primera vez España.

Desde entonces, ha vuelto un total de cuarenta y cuatro veces haciendo en cada una de sus apariciones nuevos seguidores que, cada vez que anuncia una nueva visita a España, se lanzan a una nueva Odisea para poder disfrutar la ilusión del rock.

 

Imposible procesar tu petición

La aventura que tuvimos que vivir esta vez comenzó el 8 de marzo a las diez de la mañana, cuando se abría la veda para adquirir la entrada. Menos de tres horas después las páginas de venta de entradas colgaban el cartel de “Agotado”.

La única forma de conseguirlas era por internet, con precios que oscilaban entre los 65 y los 115 euros. Springsteen actuaría también en Barcelona y en San Sebastián, sólo tres conciertos en España que hicieron desatar la locura entre sus seguidores. La frase “Imposible procesar tu petición (superado el número máximo de usuarios en cola)” fue el mensaje que, apenas cinco minutos después de las diez de la mañana, encontraba quien buscaba entradas para el concierto de Bruce Springsteen en Madrid. Solo el que perseveró pudo disfrutar de la gira del Boss con su The E StreetBand.

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El Ilusionista

Antes de la televisión y el cine, los magos eran las grandes figuras del entretenimiento, las estrellas del rock de su época. Springsteen y la E Street Band son ahora los grandes ilusionistas del espectáculo, capaces de brillar por sí solos sobre el escenario sin adulterarlo con los grandes avances tecnológicos.

Bruce encandiló al público con su fastuosa maquinaria de Rock & roll. El concierto del Boss fue puro “ilusionismo musical”, zambullirse de lleno en un mundo de rock que te fascina. El eje del concierto es el disco de la gira. En cada silencio, antes de una canción, los espectadores tratan de contener la respiración con los primeros acordes que van apareciendo. Después de cada canción, la obstinación de los espectadores es conocer la próxima y superar el éxtasis que han vivido.

La E Street Band y Bruce Springsteen suman el tandem perfecto, compensando con sus respectivos talentos las carencias del otro. Representan las dos caras de un mago: la habilidad de artista y la banda consiste en crear ilusión -el acto mágico en sí mismo-, mientras se acepta el sacrificio necesario para producirla. Ellos saben que son el maestro del espectáculo que tiene que vender un truco a la audiencia. Bruce y su banda buscan la reacción de la audiencia a la ilusión signo inefable de que algo trascendente ha ocurrido, de que la ilusión ha generado la experiencia de lo genuinamente nuevo. La relación que se establece entre ambos, cantante y banda, no es la de dos competidores en busca de un mismo objetivo, es la mezcla capaz de concebir la magia del espectáculo. Tanto uno como otro hacen un énfasis en el espectáculo con una habilidad en la que se aprecia el poder creativo, mientras saben que no pueden rechazar el sacrificio que requiere el arte musical.

A pesar de las críticas que ha recibido hacia su gira europea por no ser fiel al álbum The river, cuando vives el concierto en primera persona te das cuenta de cómo la magia está todo el tiempo  en el ambiente porque los magos saben escuchar al público. Es común en los conciertos del Boss que la gente lleve pancartas con sus canciones favoritas, Bruce está atento a los deseos de su público y va cambiando el repertorio a medida que crea la magia.

Después de tres horas y media de concierto sin descanso, el estadio ve salir a su héroe con guitarra en mano. A medida que se desaloja el campo se escuchan las primeras impresiones, un grupo de “Odiseos” veteranos muestran su satisfacción por haber conseguido ver al Boss otra vez: la conclusión que sacan del último viaje a Itaca es que Bruce Springsteen “es como el buen vino, mejora con el tiempo”. Y es que los verdaderos magos son aquellos que tienen canas por la experticia de buscar la ilusión en el rostro de la gente.

 

 

 

La dificultad de informar sobre el Estado Islámico

En Periodismo por

Los analistas del fenómeno de la comunicación coinciden en que los medios no supieron afrontar desde el primer momento el problema de informar sobre la aparición del terrorismo del autodenominado Estado Islámico (EI). El Daesh (acrónimo en árabe de esta organización) se aprovechó, y sigue aprovechándose, de la ausencia de periodistas occidentales en las zonas que ocupa para ofrecer al mundo su visión partidista.

A este problema se añade el de la falta de calidad informativa, en general, de los medios de comunicación. Ambos fenómenos pueden justificar los logros de las campañas de propaganda de la organización. Los medios se han concentrado en el espectáculo que ofrecen las actividades del EI y han olvidado los principios del auténtico periodismo: explicar los antecedentes, contrastar las fuentes, verificar los hechos ,contextualizar las informaciones, rehuir el morbo. En resumen: imponer la información de interés público sobre el espectáculo.

 

Los medios se han concentrado en el espectáculo que ofrece el Estado Islámico y han olvidado hacer auténtico periodismo.

 

Una de las causas de esta falta de información es la ausencia de corresponsales cualificados, debido al alto costo económico y, sobre todo, al peligro de muerte o secuestro, lo que ha provocado la desaparición de la información en directo, que recae en la mayoría de las ocasiones en periodistas freelance  que se juegan la vida en pésimas condiciones.

En la mayoría de las ocasiones, los medios no han explicado el origen del fenómeno del Daesh, este grupo terrorista de naturaleza fundamentalista, yihadista y wahabita (y ahora trataré de explicar someramente estos términos), que se ha autoproclamado califato, pidiendo lealtad a todos los musulmanes y calificado por algunos como un protoestado que controla un amplio territorio de Iraq y Siria.

¿Qué es el Estado Islámico-DAESH?

En un principio fue conocido como Organización para el Monoteísmo y la Yihad, una organización terrorista próxima a Al Qaeda que pretendía hacer frente a la invasión de Iraq. Posteriormente se expandió y se autoproclamó como Estado Islámico de Iraq, renovándose durante la guerra civil en Siria y pasando a ser conocido como Estado Islámico de Iraq y el Levante, para a continuación romper su vinculación con Al Qaeda, autodeclarar su soberanía, no solamente sobre Iraq, sino también sobre Siria, y autoproclamarse califato. Como califato, reclama su autoridad religiosa sobre todos los musulmanes del mundo y persigue unir todas las regiones habitadas por musulmanes, comenzando por Siria, Jordania, Palestina, Líbano, el sur de Turquía, la península de Egipto, el este de Libia, Pakistán…

La organización se caracteriza por una interpretación fundamentalista del Islam y por una violencia brutal contra los no musulmanes y contra los, según ella, falsos musulmanes. En los territorios que domina impone la interpretación extremista de la sharia, un código detallado de conducta, con normas sobre el culto, la moral, las cosas permitidas y las cosas prohibidas y las reglas para separar el bien del mal.

En su imposición de la sharia, los miembros del EI realizan ejecuciones públicas, destruyen templos y mezquitas y practican decapitaciones masivas de cristianos que se niegan a convertirse al Islam.

El autoproclamado Estado Islámico es la organización terrorista más rica de la historia gracias al petróleo, al tráfico de órganos, a la industria del secuestro y al robo y tráfico de antigüedades.

Decía antes que su naturaleza fundamentalista es yihadista wahabita. El yihadismo es el término que se utiliza en Occidente para denominar a las ramas más radicales y violentas del Islam político, las que recurren al terrorismo en nombre de la yihad menor, de la guerra santa en nombre de Alá. (La yihad mayor es el esfuerzo que el creyente debe realizar para ser mejor musulmán).

El yihadismo es, en cuanto a doctrina política, un ideario teocrático totalitario, antiliberal y antidemocrático. Está considerado como la amenaza más grave a la que se enfrenta Occidente.

En cuanto al wahabismo, se trata de una corriente religiosa musulmana de una de las ramas del sunismo, la rama inspiradora de la ideología del autodenominado Estado Islámico y que ha provocado, según los expertos, la desunión en las comunidades musulmanas al calificar a quienes no están de acuerdo con su interpretación religiosa como apóstatas. Los wahabistas destacan por su rigor en la aplicación de la sharia y por su deseo de expansión mundial.

Habitualmente, los medios de comunicación se refieren a esta organización terrorista como el autoproclamado Estado Islámico, pero otros muchos políticos y periodistas utilizan el término Daesh, término que odian sus miembros. Daesh es una traslación literal del acrónimo árabe de “Estado Islámico de Iraq y Siria”, pero, dependiendo de cómo se conjugue, también puede significar “intolerante”, “sembrador de discordia”, etc., lo que irrita a los militantes por su tono negativo. Y por eso amenazan con cortar la lengua a quien utiliza esta palabra. A Occidente han llegado noticias de que en febrero un verdugo castigó con 60 latigazos en la espalda a un adolescente por haber pronunciado dicha palabra.

Pero muchos políticos occidentales fomentan su uso, como el primer ministro australiano, Tony Abbot, que aconseja que solo se utilice dicho término. “Lo que no les gusta a ellos me atrae a mí”, ha dicho, y el Gobierno francés ha pedido a los medios de comunicación que utilicen exclusivamente Daesh como arma lingüística.

¿Solo importa lo que vende?

En Periodismo por

Analistas y expertos del mundo de la comunicación denuncian cada vez más que el periodismo se adultera cuando se mezcla con el espectáculo. Un ejemplo de ello es que en los noticiarios de televisión predominan los sucesos y los deportes, en detrimento de la información general.

Y así, cuando surgen noticias importantes, como un atentado, lo que predomina es el aspecto espectacular, y no la explicación de las causas, por ejemplo, y no se sitúa al telespectador en el contexto político del hecho. Generalmente, la información se limita a entrevistas con personas que expresan su lógica emoción ante el trágico suceso y a ofrecer al espectador duras imágenes de la tragedia. La información se limita a ser una extensión del espectáculo. Sigue leyendo

La delgada línea roja

En Periodismo por

La “delgada línea roja” es una expresión utilizada generalmente para resaltar la fragilidad, en muchos casos, de la frontera entre lo correcto y lo incorrecto, aunque su origen primitivo fuera la línea de 500 casacas rojas ingleses que detuvo, el 25 de octubre de 1854, a 2.500 jinetes de la caballería rusa en la épica batalla de Balaclava, en la guerra de Crimea.

En el mundo de la comunicación puede usarse para, por ejemplo, señalar la aparente facilidad con que algunos periodistas y algunos medios saltan de la información al espectáculo. En los últimos tiempos hemos vivido algunos ejemplos de esta información-espectáculo, como la imagen conmovedora del niño Aylan Kurdi ahogado en una playa turca durante el viaje de su familia en busca de tierra de asilo en Europa. Aunque son muchas las personas que naufragan huyendo del horror, solo la imagen de Aylan convirtió el horror en noticia. Muchos dirán que en este caso esa imagen despertó la conciencia de muchos europeos y, sobre todo, de sus dirigentes políticos. Y que, en definitiva, su amplia y reiterada difusión fue positiva.

Pero en otros casos sobrepasar esa delgada línea roja establecida por los principios éticos puede hacer saltar las alarmas. Algunos recuerdan todavía la fotografía de un colaborador del New York Post en la que se ve a un hombre que intenta subir al andén después de haber sido arrojado a las vías del metro. A los pocos segundos de que el fotógrafo disparara la cámara el hombre fue aplastado por el tren. Sigue leyendo

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