La obligación del realismo
El atracón de fechas históricas terminó (¡por fin!) este jueves con las elecciones catalanas y hay ya quien ha hecho un llamamiento a poner en cuarentena el “procés”, al menos en la conversación pública. “He vuelto a hablar de series con mis amigos”, decía aliviada una tal Ana en un periódico digital.
Al margen de las interpretaciones más en detalle que se puedan extraer de los resultados, como la abrumadora diferencia de voto entre campo y ciudad, hay algo que resulta evidente: no hay una mayoría parlamentaria posible que permita “secuestrar” el procés y neutralizarlo a base de escaños, y la mayoría independentista que sí hay, está respaldada por menos de la mitad de la población y se sitúa exactamente donde estaba el 5 de septiembre, con algunas bajas por el camino y una experiencia traumática que no se olvidará en décadas. Sigue leyendo