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Borgen en España: la apuesta de Rivera

En Elecciones 20D/España por

Cuando los dos grandes referentes políticos entran en debacle, la desafección se convierte en caldo de cultivo para gobiernos alternativos. Durante 2014 y parte de 2015 esta posibilidad fue aprovechada por Pablo Iglesias. Luego de las jornadas del movimiento 15M los españoles (y el mundo) asistieron a manifestaciones de hastío y rechazo. Jóvenes y adultos se sumaron y las frías mañanas de marzo dejaron en claro el agotamiento del bipartidismo español.

El secreto de todo sistema de partidos se halla en su capacidad para recoger y representar las demandas ciudadanas en la paleta de colores partidistas. Así, durante décadas, los ciudadanos encontraban en el PSOE y el PP a los dos partidos que podían encauzar sus expectativas, el recambio era satisfactorio para los descontentos e incluso la percepción de un buen gobierno se refrendaba en mayorías absolutas.

La democracia española soportaba bastante bien las críticas, y ofrecía alternativas creíbles al ciudadano. El equilibrio parecía alcanzado, pero como en economía, cuando se produce, rara vez se mantiene por mucho. Así los sistemas sufren desafíos, y si consiguen capear las crisis e incorporar a los elementos “anti-sistema” obtienen rotundas victorias de cara a su supervivencia. Sigue leyendo

Debate a cuatro

En Elecciones 20D/España por

Esta noche, los representantes del Partido Popular, Partido Socialista, Ciudadanos y Podemos se medirán en un debate histórico.

Nunca antes en la historia democrática de nuestro país se ha visto una confrontación, directa y en el mismo plató, entre cuatro partidos políticos en la televisión por ganarse el voto de la población. Principalmente porque nunca antes cuatro partidos se presentaban con opciones a la Presidencia, o al menos de influir determinantemente, si tenemos en cuenta los resultados de las últimas encuestas. De inicio, el encuentro ya ha dado mucho de qué hablar.

La defensa del PP estará delegada a Soraya Sáenz de Santamaría, de quien son más que conocidas sus tablas dialécticas en el Congreso. El resto de los partidos estarán representados por sus líderes – Sánchez, Rivera e Iglesias –  que tratarán de apretar el ritmo en una etapa clave de esta carrera de fondo. Sigue leyendo

Mitinea , que algo queda

En España por

El verbo intransitivo mitinear no está recogido por el diccionario de la Real Academia Española, pero sí aparece en el Diccionario de español en línea, que lo describe como “dar mítines o participar en ellos”.

Pues bien, ahora que falta poco para que comience lo que oficialmente se denomina campaña electoral (lo anterior, lo que estamos viviendo día a día desde hace tiempo, se llama precampaña) conviene reflexionar un instante: dentro de unos días vamos a vivir rodeados, sobre todo por parte de la televisión, de mítines por todos los costados. Nos van a mitinear de lo lindo.

Y el mundo de la comunicación y del periodismo va a verse envuelto especialmente de las campañas electorales que desarrollarán los partidos políticos de cara a las importantes elecciones generales (para el Congreso y para el Senado) del 20 de diciembre. Son muchos los observadores que critican que las campañas electorales se han convertido en pura propaganda. Sigue leyendo

Albert Rivera y el viejo elefante muerto

En España por

Dijo un viejo compañero de facultad que de la España oficial, de sus instituciones y partidos, no queda más que”el inmenso esqueleto de un organismo evaporado, desvanecido, que queda en pie por el equilibrio material de su mole, como dicen que después de muertos continúan en pie los elefantes“.

Ese viejo compañero, feroz crítico del bipartidismo, decía estas y otras palabras de los herederos de quienes trajeron la monarquía y la democracia (una democracia débil, pero democracia a su modo) a España, en la Restauración Española de 1875.

Ciento un años después de que Ortega y Gasset pronunciara su discurso ‘Vieja y Nueva Política’ nos enfrentamos en 2015 a unos comicios que vienen marcados por el mismo espíritu de entonces: los odres caducos contra los odres nuevos, en una pugna feroz por embriagarse con nuestros votos. Sigue leyendo

La vieja vieja política… la de verdad

En Cultura política/Pensamiento por

Nos hemos acostumbrado ya a que los telediarios abran con noticias sobre corrupción, detenciones, irregularidades, contratos un tanto sospechosos y adjudicaciones a dedo: “Es la política, que viene con tara”.

Sin embargo, todo apunta a que estamos asistiendo a la evolución de la política, a un “cambio de ciclo” como dirían los más futboleros. Se ha acabado el tiempo de la vieja política y ha comenzado uno nuevo, en el que el ciudadano reclama más transparencia y participación, y entran pisando fuerte nuevos partidos.
Ante una oportunidad como la que se nos brinda, la de estrenar un tiempo nuevo, debemos recuperar la vieja vieja política, la de verdad, aquella que no corresponde como tarea únicamente a los políticos, sino, en la medida de sus posibilidades, a cada uno.

Debemos buscar y exigir una política verdadera, que busque el bien común y que sea capaz de sobreponerse a las diferencias para construir juntos, codo con codo.

Konrad Adenaue (Bundesarchiv)
Konrad Adenauer (Bundesarchiv)

No se puede concebir una regeneración sin una serie de puntos comunes que pesan más que cualquier ideología: Encontrarlos es la principal y más urgente tarea que debemos afrontar para canalizar cualquier esfuerzo reformador. Para apoyar en este esfuerzo, he elegido algunos fragmentos del discurso ‘El fin del nacionalismo’ de Konrad Adenauer, uno de los padres de Europa, que publica Ediciones Encuentro en el libro del mismo nombre.

  • “Las raíces de la cultura tienen su núcleo en un elevado concepto de la dignidad de la persona y en los valores de cada individuo.(…)la libertad personal es, y seguirá siendo, el mayor bien del individuo.”

Sencillo y claro: Si anulamos a la persona despojándole de su dignidad y de su libertad habremos perdido su esencia. Esto debería ser una urgencia para cada uno, no solo para el Estado.

Papá Estado no ha venido a salvarnos la vida y a eximirnos de cada responsabilidad. Que nadie se equivoque: su misión es facilitar y promover el desarrollo de la persona.

  • Un partido debe participar en las iniciativas de otros partidos, y si es necesario, también en sus métodos de movilización. Basta argumentarlo con la convicción de que ningún partido puede salvar al país por sí solo, y que los partidos tienen que cooperar por el interés del pueblo alemán.”

A cualquiera que haga un poco de memoria le vendrán imágenes a la cabeza de escenas asombrosas que se han vivido en debates, tanto televisivos como parlamentarios, donde lo único que importaba era descalificar al adversario. Si se daba el caso de que alguien –por extraño que parezca– propusiera algo razonable y justo, era vetado.

Los partidos no quieren reconocer propuestas interesantes de otros porque tienen la convicción de que eso sería rebajarse, perder votos y apoyos, someterse a los intereses de otros. La realidad es que deben colaborar juntos para construir para todos, escuchar a una parte de la población que pese a que no les ha votado, tiene el mismo derecho.

Los partidos no son enemigos, aunque ellos lo quieran ver así, son vecinos, son la voz de los ciudadanos; y los ciudadanos de la calle, de los barrios, construyen su espacio propio, lo hacen juntos porque de otra manera entienden que cada 4 años no pueden tirarlo todo abajo para volver a construir. Es contraproducente, nos mete en un fango del que es muy difícil escapar.

  • “El partido no puede reclamar el monopolio de la perfección para sí mismo. Todas las personas tienen fallos, y también todos los partidos.”

El problema presente en buena parte de los partidos políticos es la idealización del mismo, poner al partido y a sus intereses por encima de las personas. Esto hace el vacío entre la ciudadanía y sus representantes políticos, aparta de la realidad al propio partido y a las personas que creen en él.

  • “El pueblo tiene derecho a que todos los partidos le hablen clara, abierta y honestamente.”

Seamos realistas, la política en la que nos encontramos ha perdido una serie de valores necesarios para el buen funcionamiento de la democracia. Los partidos más “viejos” han perdido la credibilidad, están en juicios por sobres, maletines y desviaciones de fondos, y la respuesta que encontramos ante esto es un silencio revelador.>

Han entrado en un juego donde todo vale y todo es justificable para no caer. Recuerda un poco a la serie House of Cards, que tanto éxito está cosechando, quizá porque allí nos muestran a través de la cámara lo que aquí se empeñan en esconder.

Evidentemente, ese no es el camino. Es caer en la fragilidad más absoluta mientras te metes en un callejón sin escapatoria. Por mucho que lo alargues, al final encontraras el final, y para entonces ya será demasiado tarde.

  • “Una oposición parlamentaria no solo debe tener en cuenta los objetivos partidistas. Una oposición tiene que tener en cuenta los intereses del pueblo alemán, y ser capaz de poner esos intereses por encima de los del partido.”

Este proceso de fragmentación puede tener dos consecuencias. O sirve para alcanzar una mayor pluralidad, donde reine el debate y donde quepan más propuestas -cosa que nos beneficiaría a todos los españoles-, o sirve para que, donde antes discutían dos, lo hagan cuatro, lo que al final sería un cambiarlo todo para que todo siga igual.

Esta lección deberían estudiarla y aprenderla de memoria todos los partidos que se encuentren en la oposición después de estas elecciones. Por el bien de ellos y por el nuestro.

  • “El político solo puede hacer justicia a los problemas de la realidad concreta si es consciente de la conexión entre todas las manifestaciones vitales, incluidas las culturales.”

Un político, para trabajar a favor de los ciudadanos debe ser consciente de la realidad en la que se mueve. Un político debe “oler a oveja” y no refugiarse en grandes despachos que hacen de realidad paralela donde todo son sonrisas y apretones de manos.

Es algo que clama al cielo en periodo electoral: se pasan las largas jornadas entre besos y abrazos, pero desaparecen como magos una vez les asignan en el despacho o el escaño que consiguen. Quién no recuerda, en aquel famoso debate donde los ciudadanos de a pie hacían preguntas a políticos, el famoso café de Zapatero…

Estas, que pueden parecer cosas de sentido común, son la gran asignatura pendiente. La política surge por el interés de construir entre todos, por dar una estabilidad y una serie de mejoras. No debe ser para unos pocos, nos pertenece a todos y debemos trabajar en la búsqueda de ese bien común.

El niño bonito de España

En Elecciones 24M/España por

ciudadanos

El líder de Ciudadanos vive ahora su momento dorado. Las encuestas para este domingo le prometían una entrada triunfal en la política al sur del muro (jejeje) y parece que así ha sido. Qué duda cabe de que, con permiso de Iglesias, Rivera ocupa ahora mismo el cargo honorífico de “niño bonito de España”.

Si, en Cataluña, C’s es ya el buque insignia para los votantes asqueados del patio de viejas que es el nacionalismo (según vaticinan todas las encuestas), en otras plazas de gran importancia nacional se ha hecho al primer intento con un buen pellizco de representación política y en algunas regiones clave está en condiciones de negociar intereses con la llave de gobierno en la mano. Sigue leyendo

Rosa

En Elecciones 24M/España por

rosa-diez

 

“México o muerte” debió decir a sus hombres el legendario conquistador, tras quemar las naves que habían de llevarle de regreso a España en caso de que la conquista de las Indias se torciera. “España o muerte” (o algo parecido) se repite a sí misma seguramente la lideresa de UPyD, firme en su intención de no retroceder un solo paso en su cruzada personal contra la corrupción y el caciquismo en nuestro país.

(Artículo actualizado el 24 de mayo)

La diferencia entre nuestros dos héroes consiste en que el primero consiguió lo que se proponía y conquistó, con un centenar de hombres, el mayor imperio centroamericano, y la segunda, tras lograr algunas victorias, obtuvo la desbandada de su comitiva y ayer anunció que no volverá a optar al liderazgo del partido, tras una derrota fulminante en las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo.

La bandera de la transparencia y la honorabilidad de la política no es para UPyD ni –mucho menos– para Rosa Díez, un objetivo político a lograr. Es una cruzada personal. Tanto es así que, si uno se acercaba hasta hace no mucho por los pasillos del Congreso al lugar donde el partido tiene su grupo parlamentario, distinguía estos despachos de los de los demás diputados por estar separados con un muro bajo del resto de puertas, tras el que colgaba un cartel con la leyenda: “Zona libre de corruptos“. La próxima vez me fijaré en si sigue ahí el cartel.

Díez vuelve al colgar el cartel en los despachos de su grupo parlamentario, pese a la prohibición del Congreso. EP

Ahora bien, del mismo modo que Cortés tuvo que pactar con los pueblos indios para acercarse a la capital de los mexicas y ser capaz (no sin grandes esfuerzos) de someterla a la corona de Castilla, viene creciendo cada vez más entre las fuerzas de la formación magenta un clamor a favor de la unidad con quienes, al menos desde esta perspectiva, comparten en buena medida sus objetivos.

La derrota en Andalucía, la sospecha de estancamiento (o incluso de retroceso) que promueven las encuestas para las próximas elecciones generales y la paulatina (cada más evidente) desafección hacia la cúpula amenazan con provocar un derrumbe absoluto, animado en parte por la sensación de que el partido se ha quedado anclado en una suerte de puritanismo elitista y estéril que no conduce a ningún sitio.

A todas luces, se ha producido en las conciencias de quienes dirigen esta formación una asociación inquebrantable entre las ideas ‘UPyD’ y ‘honradez’, hasta el punto de que cualquier otra forma política o individuo ajeno se vuelve para ellos sospechoso de corrupción –“¡impuro!”– y conspirador contra el proyecto de regeneración de la política española.

Esta relación se produce de forma más evidente en la dirigente del partido, quien se ha tomado tan a pecho su vocación de salvar el país, que parece no ser capaz de disociar esta idea de su propia persona.

Como consecuencia de ello, asistimos al desmoronamiento del proyecto de quienes –hay que reconocerlo– llevan predicando años en el desierto, pero han cometido el error de no comprender que, ni en política ni en la lucha contra la corrupción, hay alguien imprescindible.

Andalucía: análisis de resultados

En Andalucía/España por
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Fuente: EL PAÍS

 

Las elecciones en Andalucía, como ocurre la mayoría de las veces con los resultados electorales, sirven para poner el freno a los desvaríos de los gurús apocalípticos, y al mismo tiempo para dar pábulo a los de otros con no mayor credibilidad.

Entre los análisis que hemos desayunado la mañana de este lunes, jornada post electoral, hay conclusiones para todos: batacazo del PP, batacazo de Podemos, Susana Díaz cotiza al alza, Ciudadanos se come a UPyD, IU camino de la desaparición (este último podría ser cierto).

Lo que está claro es que, al igual que en los pasados comicios andaluces, las elecciones de este domingo se han producido en un clima especial como ocurrió en 2012, esta vez marcadas por la crisis y las profecías de la llegada del mesías con coleta, como en aquel momento por el vacío de poder y credibilidad del PSOE, tras el hundimiento del Zapaterismo y la explosión de los ERE de Griñan.

Así pues, los dos puntos más destacables de los resultados de este domingo son, por un lado la vuelta de las aguas a su cauce “natural” (victoria del PSOE) y la irrupción de dos nuevos partidos con una fuerza quizá inédita en nuestra democracia.

Por muchas ganas de revolución que tengamos (las revoluciones son siempre adictivas) y por más que agitemos los datos para augurar el batacazo del PP, no es serio olvidar que Andalucía es y ha sido siempre el patio de la casa de los socialistas (y como tal la han tratado), y que el PP no ganó las elecciones en 2012 por méritos propios (solo subió tres) sino por que el PSOE prácticamente no se presentó a aquellos comicios, en los que perdió nueve diputados (pese a lo cual obtuvo suficiente apoyo para poder gobernar).

No en balde, el PSOE manda en Andalucía desde que dejó de hacerlo Franco –se dice pronto– lo que hace, si cabe, más extraño que el mensaje de Díaz tras ganar la elecciones es que “quiere dejar una Andalucía mejor de la que le dejaron sus padres”. ¡Será que no han tenido tiempo!

Comentario aparte merecería la candidatura de Moreno, un tipo muy majete pero sin carisma ninguno, que llegó desde Madrid elegido a dedo tras ocupar la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, donde era la cara visible de los recortes en el sistema de ayuda a la dependencia y en los servicios de atención a las víctimas de violencia de género. Una jugada maestra.

El desconocimiento del candidato, sumado al desgaste gubernamental de la crisis hace comprensible el desgate que ha sufrido el partido, aunque a mi juicio no ha perdido respecto a los resultados de 2012 sino respecto a los de 2008, frente a un Javier Arenas curtido en batalla que en aquel año obtuvo el apoyo del 38,8% del electorado, un 12% más que el de este domingo.

Dicho lo cual, la primera e indiscutible conclusión tras el fin de semana es, guste o no guste, la resistencia de los adalides del denominado “bipartidismo” frente a la pretendida ansia de cambio de toda la sociedad que reflejaban los medios de comunicación. A día de hoy, PP y PSOE son los partidos con mayor representatividad política en aquella comunidad, por mucho que haya quien quiera arogarse la voz de la ciudadanía con peores resultados.

El segundo y no menos incuestionable veredicto es que, más allá de quienes han querido ver en los 15 escaños un “batacazo” electoral, lo cierto es que tanto la representación obtenida por la formación morada como la de los naranjitos (que han sacado 9 diputados) es poco menos que un “milagro político” en una democracia en la que no ha ocurrido nada semejante en las últimas décadas.

Más allá de las voces de quienes ven al lobo por todas partes (los mismos que disfrutan de predecir como irrevocable el apocalipsis bolivariano), lo cierto es que no sé si se puede hablar de que otro partido haya logrado algo parecido en la historia de nuestra democracia. La deforme percepción de la realidad a que a menudo inducen el miedo y las encuestas preelectorales no debe dejarnos apartar la mirada de que tanto una como otra formación política se han abierto un hueco muy reseñable en uno de los sistemas electorales más estáticos de esta España nuestra.

Catalanofobia

En Andalucía/Cataluña/España por

Hoy escribo en calidad de catalán, para sacar a colación una de esas bajezas de la vida política que en periodo electoral suelen aflorar y quedar a la vista de todos, para vergüenza del país.

Me refiero a las declaraciones del delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, que ayer tuvo la genialidad –quiero creer que como estrategia electoral y no como declaración de principios– de advertir contra el voto a Ciudadanos en las autonómicas de esa comunidad afirmando lo siguiente: Sigue leyendo

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