Un niño enseñándole a su padre a nacer
El tiempo, que pasa; el dolor, que no se mira; la superficialidad, con la que se huye; la mediocridad, en la que uno se instala; el corazón, que sigue gritando; y la vida cotidiana, donde todo sigue sucediendo. La experiencia de todo en las apenas 50 páginas de Sucederá la flor.
Sigue leyendo