La perversión del amor
He aprendido sobre el amor en un contexto cristiano. Un poema de Juan Pablo II decía “El amor me lo ha explicado todo”. Y ciertamente, el amor en el cristianismo, es vértice y es fin. El amor en el cristianismo no es abstracto, se vive en la carne y de forma concreta. Tan concreto como lo define San Pablo en una de las Cartas más bonitas de la historia: “El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece (…)”.
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