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Ley de Transparencia: Se hace el camino al andar

En España por

Ayer, a medio día, pudimos ser testigos de la entrada en vigor de la Ley de Transparencia. Cuando comenzó la legislatura, España se quedó sola siendo el único país en Europa con más de un millón de habitantes que todavía no había implementado una legislación así. La expectación en torno al nuevo portal abierto, ha sido colapsado por sus críticas ante la pequeña información y de difícil acceso que proporciona. Quizá por ello, aunque nos hayamos sumado al centenar de países que cuentan con este tipo de leyes, sus carencias nos han dejado en la posición 64 en el ranking (este ranking es llevado por las asociaciones Access Info Europe y The Centre for Law and Democracy con el fin de proteger el derecho al acceso de la información).

La ineficacia de los buscadores o el uso de formatos no reutilizables como el PDF son algunas de las quejas. Sin embargo, tras ver la oleada de visitas que ha recibido la plataforma y los titulares matutinos me pregunto si realmente es necesario un buscador más minucioso. Más allá de que Mariano Rajoy gana 6.000€ brutos mensuales o de quién es el que gana más en el Gobierno, parece que no hay gran cosa que contar. El morbo de conocer los sueldos nos impide ver que no se da una información tan básica como a quién han contratado para hacer las obras de delante de nuestras casas y cuánto están pagando por ello. Supongo que esos datos no son tan atractivos a nivel periodístico, pero que aclararían muchas irregularidades. Si alguien ha visto esos datos en la plataforma que me los enseñe. Pronto podremos saber hasta las veces que nuestro querido Presidente va al baño. Pero los datos de los registros de entrada y salida de la Casa Real o de las Sedes de los Partidos todavía son una incógnita. Pensad en los juicios que se han visto ralentizados por no disponer de esos datos.

Es evidente que el límite de la transparencia está en el compromiso con la seguridad del Estado. Esperemos que eso no sea un coladero y que, realmente, se empiece a ser honestos con los datos que se manejan. El sólo hecho de que el Presidente del Consejo de la Transparencia sea nombrado por el Ministro de Hacienda hace que la independencia del organismo se vea seriamente comprometida. Y estoy siendo suave.

Con todo, lo cierto es que es un paso adelante. Podrá resultar mediocre a ojos de muchos, pero es un primer ladrillo para la construcción un muro contra la corrupción. Y el que quiera alargar la mano, cada vez la extenderá menos. Porque –para bien o para mal– en España sólo avanzamos cuando algo pasa y la corrupción ha afectado a casi todos los colores e ideologías. Conforme esto se vaya instalando en el día a día de la sociedad española, va a costar más que las instituciones se resistan.

(@anatriplea) Madrileña, con todas sus consecuencias. Periodista y publicista desde el 2013 por la Universidad Francisco de Vitoria. Recién graduada del Máster de Comunicación Política y Corporativa por la Universidad de Navarra (2014). A tu servicio.

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