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Por verte sonreír, Artur

En Cataluña/Elecciones 27S/España/Periodismo por

Domingo por la mañana y al tercer sorbo de café salta en mi timeline de Twitter la primera noticia jugosa para los medios. Artur Mas estaba votando cuando se formó un lío en el colegio electoral. Al parecer unos jóvenes habían sacado unas banderas de españa mientras otros les respondían al grito de “¡Independencia!”. Me asomo a las principales cabeceras españolas para ver cómo presentan el acontecimiento.

El Mundo titula Un joven con una bandera española, expulsado durante el voto de Mas. Para contrarrestar, me acerco a El País, que extiende un poco la explicación: Simpatizantes del PP y de VOX increpan a Mas durante su votación. Esto ya es otra historia. Lo que podía parecer una nueva escena de actitud matonil de un independentista a un constitucionalista toma otro cariz.

Parece que los de la bandera buscaban jaleo. La Vanguardia nos da un enfoque más escueto, pero parece que más preciso: Simpatizantes de Vox irrumpen en la votación de Mas. Libertad Digital, como El Mundo, se centra en el momento de más tensión, el de la retirada de bandera: Intentan arrebatar una bandera de España a militantes de Vox en el colegio de Mas, y apostilla en la entradilla que fue de manera “violenta”. No falta una foto del forcejeo. El Punt Avui le resta importancia y nos lo cuenta al cerrar la noticia sobre la votación de Mas, calificándolo de accidentado. Sin rastro del intento de quitarles la bandera a los muchachos.

¿Qué dice Vox? En su cuenta de twitter califican de “heroico” el pollo. Pues no, amigos, de heroico nada. No se puede consentir que sean aquellos de los que se espera un respeto exquisito a las instituciones los que monten el circo en un colegio electoral.

 

 

Me quedo con la fotografía de Reuters que escoge Publico.es. Si tomamos la suficiente distancia podemos encontrar en ella los elementos que han configurado el escenario político, social y moral de estas elecciones.

 

 

A la izquierda, los medios de comunicación. Aquellos que alimentan e intensifican, y en el mejor de los casos matizan o denuncian, el juego orwelliano propuesto por los del prusés. Sirvan los ejemplos, más sugerentes que concluyentes, aquí propuestos. Ese juego que disfraza unas elecciones autonómicas como referéndum. Ese teatro que comienza con la moda de nombrar a partidos o coaliciones con eslóganes. Ya lo hizo Podemos que, por poder, podemos muchas cosas. Ahora el nombre-eslogan era Juntos por el sí. Tan sencillo como truculento, como todo mecanismo manipulador: nosotros frente a vosotros.

Al fondo de la fotografía, una sociedad civil desquiciada fruto de esos tejemanejes. En ella aquellos torpes que sacan la bandera, en un acto catártico más que heroico, entre los que gritan a favor de la independencia. A la derecha un sonriente Artur Mas, sabedor de que ese momento estaba siendo fotografiado, grabado y tuiteado para deleite de los que apurábamos el café.

(@Inigourquia) Mientras algunos buscan "El Dorado" de la objetividad en los medios de comunicación, juguemos a analizar qué horizontes de sentido nos presentan sus titulares y mensajes.

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