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Interiorizar el fact-checking para tener una democracia más avanzada

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No queremos que los políticos nos mientan. No queremos que la posverdad sea algo más que una palabra de moda. No queremos un periodismo complaciente. Y tampoco una audiencia que no escuche de una forma crítica. En definitiva, queremos una democracia más avanzada, y para ello tenemos que interiorizar el fact-checking. Nosotros lo llamamos ‘Pruebas de Verificación’, pero no es más que tener una visión crítica para con el discurso de nuestros políticos. O, dicho de otra forma, hacer un periodismo independiente y honesto. Trabajar para que la opinión pública goce de un filtro de calidad.

El fact-checking consiste en determinar quién dice la verdad y quién miente, demostrándolo solamente a través de datos. Se puede ampliar a todo tipo de personajes públicos, pero en este caso ahondaré en el fact-checking a políticos.

Antes de que llegaran los medios de comunicación de masas, los políticos ofrecían sus discursos sin ningún tipo de intermediario. Ellos y la gente. Nada más. Sin embargo, con la llegada de la prensa y, sobre todo, de la televisión y la radio, los políticos encontraron un altavoz con el que llegar a más personas. Pero debemos hacernos una reflexión: ¿somos los periodistas un mero altavoz? Evidentemente hay que respetar cada discurso político, pero eso no significa que no podamos comprobar su veracidad.

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Por poner un ejemplo: Pablo Casado dijo en rueda de prensa que Colau había mentido a sus votantes, porque “se presentó a las elecciones prometiendo parar desahucios y no ha parado ni uno”. La verdad es que Colau creó una oficina que ha paralizado más de 700 durante 2016. O la propia Ada Colau, que durante una entrevista aseguró que “el PP era la última fuerza política en Cataluña” cuando, en realidad, lo es la CUP. Colau rectificó públicamente; Casado no.

Si un votante del Partido Popular escucha las palabras de Casado, probablemente ni siquiera se pare a pensar que, posiblemente, no sean ciertas. Sin embargo, es labor del periodista preguntarse sobre el dato antes de calcarlo en una crónica. Sin embargo, no todo es tan fácil. Comprobar una declaración de un político a veces lleva días, porque no todo es blanco o negro y no todo tiene una respuesta cerrada. Por eso, el fact-checking o las Pruebas de Verificación requieren tiempo y, sobre todo, trabajo humano. Para que un medio se dedique al fact-checking debe de tener, como mínimo, compromiso.

Un estudio realizado por Digital News Report, en el año 2006, desveló que menos de la mitad de los españoles (el 47%) creen que se puede confiar en la mayoría de las noticias que dan los medios de comunicación. ¿Tenemos alguna responsabilidad en ello?

Una democracia es de más calidad en tanto en cuanto sus políticos son más rigurosos y la opinión pública más exigente. En Europa se dieron cuenta de ello antes que nosotros. Según un estudio de la Universidad de Oxford, el fact-checking llegó al viejo continente en el año 2005 de la mano de un blog que creó el canal Channel 4 News. Y quizá su punto más álgido a nivel global llegó de la mano de Trump, un candidato capaz de asegurar que Obama no había nacido en EE.UU. Es una forma de gritarle a los periodistas que comprueben esa declaración.  Esto tiene que ver con la idea de que la posverdad se combate en los medios de comunicación y la solución está en el bolígrafo de cada redactor.

El fact-checking requiere trabajo, pero, sobre todo, tiempo. Ahondar en esta tarea implica pararse a pensar en el discurso político y alejarse del ritmo frenético de la actualidad que muchas veces solo te permite reproducir argumentario. Por lo que no es un camino de rosas. La solución es la interiorización. Cuando antes nos demos cuenta de que el fact-checking debe ser una herramienta imprescindible en cada redacción, antes conseguiremos un periodismo más independiente.

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Periodista graduado por la universidad Francisco de Vitoria. Es miembro del equipo de Pruebas de Verificación de 'El Objetivo de Ana Pastor', en La Sexta. Es el primer y único equipo de periodistas que realiza fact-checking en televisión y en horario de máxima audiencia en España.

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