Desde finales del siglo XIX, con la progresiva democratización de los “Estados Modernos” han surgido diversas formas de ver, comprender y actuar en torno a la realidad presentada. Esta cosmovisión y manera de actuar es lo que conocemos como ideologías, ya que como su propio nombre indica –ideo: idea, forma y logía: razón – se trata del conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el comportamiento de una persona o colectivo.
Pues bien, parece que esta lógica ha llegado a su fin. Y el ejemplo no puede ser más reciente. Este domingo Syriza ganó las elecciones griegas con un 35,5% de votos, lo que equivale a 95 escaños del Parlamento griego. Al ser la fuerza más votada, la ley electoral griega estipula que se le concedan otros 50 escaños, lo que hace un total de 145. Como el Parlamento está compuesto por 300 asientos, Syriza sólo necesitaría seis puestos más para obtener mayoría en el hemiciclo. Hasta aquí todo muy sencillo y lógico.


El siguiente paso que dicta cualquier razonamiento básico no es otro que tratar de conseguir los seis escaños que no se lograron en las urnas. Aquí llega el primer paso habitual tras la mayoría de elecciones democráticas: el proceso de negociación; y es precisamente en este primer paso donde se rompe toda lógica. Syriza, un partido de izquierdas, socialista, laico, con principios de solidaridad con los grupos más desfavorecidos y con un discurso centrado en la priorización de lo social sobre lo económico, se alía con los Griegos Independientes (ANEL), una formación política de derechas, con una marcada ideología conservadora, nacionalista, vinculado a una creencia religiosa (Iglesia Ortodoxa) y reticente a la llegada de inmigrantes. En este punto, el lector quizá parezca algo aturdido, o ya esté curado de espanto, ya que Grecia no es pionero en acuerdos entre partidos con ideologías diferentes y, probablemente, no será el último.
[pullquote align=”left” cite=”” link=”” color=”#770000″ class=”” size=””]”El acuerdo entre Syriza y ANEL ejemplifica que en política, igual que en cualquier otro mercado, rige la ley de oferta y demanda.”[/pullquote]
Ni socialistas del Pasok ni comunistas del KKE son del agrado de Syriza, pese a que sobre el papel la distancia ideológica parece menor. El acuerdo entre Syriza y ANEL ejemplifica que en política, igual que en cualquier otro mercado, rige la ley de la oferta y demanda. Tsipras, líder de Syriza, acude al mercado a comprar seis escaños al mejor postor – en este caso Panos Kamenos y los Griegos Independientes.
El hecho de que Tsipras acuda a Kamenos para formar gobierno de nuevo – ya se aliaron en enero de 2015 – nos deja entrever que la política antiausteridad será el pilar del nuevo ejecutivo griego, porque es en este punto donde ambos partidos coinciden. Es curioso que dos polos ideológicos opuestos coincidan en un punto tan importante como es el gestionar una deuda y un rescate. Quizá el mundo de las ideologías, como si de un mapa cartográfico se tratara, al plegar los extremos nos damos cuenta que ambos lados son colindantes.
Este acuerdo evidencia que la prioridad de Tsipras es la forma de aplicar las medidas de reajuste económico del país. Ambos partidos han declarado públicamente su oposición a las reformas económicas que exige la Comisión Europea para el rescate – o su intención de suavizarlas, al llegar al poder – sin embargo, aunque Tsipras se comprometió con sus socios europeos a devolver el dinero y aplicar reajustes en materia económica, aún hay flecos que perfilar y que pueden suponer una gran diferencia en la calidad de vida de los ciudadanos griegos. Otra evidencia de la prioridad del asunto del rescate sobre el resto, es la confirmación de Euclides Tsakalotos como Ministro de Finanzas, que ya ostentó el cargo tras la marcha de Yanis Varufakis y fue una pieza importante en las negociaciones con los acreedores.
Tsipras se ha desvinculado del ala más radical de Syriza que se oponía a firmar el acuerdo con la Comisión Europea, – aquellos que formaron Unidad Popular y que no han logrado representación parlamentaria – ha reforzado su confianza a nivel social con una victoria clara sobre Nueva Democracia y ha conseguido un socio que ya conoce, y el cual le permitirá obtener mayoría parlamentaria para gobernar con facilidad.
[pullquote align=”right” cite=”” link=”” color=”#770000″ class=”” size=””]”A priori, hay tres grandes diferencias entre Syriza y ANEL: la política de Defensa, la acogida a inmigrantes y la laicidad del Estado.”[/pullquote]
Pero, ¿qué puede suponer el acuerdo con un partido tan diferente ideológicamente como ANEL? Los primeros análisis destacan tres grandes diferencias entre Syriza y los Griegos Independiente.
La primera en materia de Defensa. Grecia es el tercer miembro de la OTAN que más invierte en este apartado: unos 4.000 millones de euros (2,2 % del PIB en 2014). La Troika ya obligó a Tsipras y Kamenos – Ministro de Defensa por entonces – a reducir en 400 millones la inversión. Ambos líderes griegos se opusieron, tratando de dejar la reducción en 200 millones, aunque finalmente tuvieron que ceder. Sin embargo, este primer apartado parece que será donde Tsipras conceda un mayor poder al líder de ANEL, al que ya le cedió la cartera del Ministerio de Defensa en enero y al que está previsto que se la vuelva a otorgar. Un punto donde no discrepan mucho ambas formaciones y que a Tsipras le puede servir como justificación a la hora de presionar a la Unión Europea en materia de defensa nacional. Una UE que ya ha dado el visto bueno a la victoria de Syriza: “Ahora se necesita rápidamente un Gobierno sólido preparado para generar resultados”, declaró el presidente del Parlamento Europeo Martin Schulz.
Otro tema candente será el punto de vista sobre inmigración. Mientras que Alexis Tsipras y su partido han defendido su intención de dar acogida a los necesitados, el partido de Panos Kamenos se ha caracterizado por una férrea intención de reforzar las fronteras para evitar una entrada masiva de refugiados. Otra petición de ANEL es la de abolir el Acuerdo de Dublín por el cual los inmigrantes son devueltos al Estado donde desembarcaron.
El tercer foco de discordia es el debate sobre la laicidad del Estado. Según el programa electoral de Syriza, el partido se comprometía a revocar el artículo de la Constitución que define a Grecia como un Estado Confesional. Por su parte, su socio no sólo es partidario de mantener la vinculación religiosa del Estado griego, sino que su intención es fomentar la doctrina Ortodoxa tanto en ayudas presupuestarias como en el sistema educativo.
[pullquote align=”left” cite=”” link=”” color=”#770000″ class=”” size=””]”El pacto deja claro que la prioridad de Tsipras es suavizar todo lo posible el acuerdo de rescate”.[/pullquote]
El nuevo gobierno griego ya ha dicho mucho sin echar a andar. El pacto de Syriza con los Griegos Independientes deja claro que la prioridad de Tsipras es suavizar todo lo posible el acuerdo de rescate con sus socios europeos. Por su parte, Kamenos tendrá un papel fundamental en materia de defensa – algo que no atañe sobremanera a los principales puntos del programa de Tsipras – y ostentará un lugar privilegiado en la historia griega al ser pieza fundamental para la aprobación de un tratado que se presupone decisivo para el futuro heleno – y dicho sea de paso, de la Unión Europea.
Sin embargo, la cuestión estará en ver la estabilidad del gobierno en asuntos ajenos al rescate económico. Si los Griegos Independientes se conforman con una cartera ministerial importante y suavizar algunas medidas izquierdistas de Syriza, o si por el contrario consiguen influenciar de manera determinante la dirección del gobierno de Tsipras. Sólo el tiempo mostrará el auténtico precio de seis escaños.