Cuando, en el verano de 1808, tras los sucesos del 2 y 3 de mayo en Madrid y en otras localidades españolas, José Napoléon Bonaparte, José I de España, entraba en Madrid, lo hacía sin que hubiera guardia alguna que lo recibiera. Los Guardias de Corps y los Carabineros Reales que, como señala Luis Sorando, habían acompañado tradicionalmente a los monarcas borbones españoles, habían desertado en su práctica totalidad para unirse a los ejércitos de Castilla y Andalucía, respectivamente. El nuevo rey tuvo que recurrir a la Guardia Imperial de su hermano, y, más tarde, a su anterior Guardia Real napolitana.
Esta situación desagradaba profundamente al rey José, ya que tenía la firme convicción de que el rey de España debía tener un ejército español, no extranjero, como si de tierra conquistada se tratase. Así pues, desde ese momento, José Bonaparte se propuso incansablemente formar un ejército español integrado por españoles, cuestión que tuvo innumerables consecuencias tratadas en la obra que presentamos, El ejército español de José Napoleón (1808-1813), del especialista en el ejército de época napoleónica Luis Sorando Muzás, y editado por Desperta Ferro, que, en esta ocasión, nos acerca a un ámbito de la historia del ejército español muy desconocido, ya sea por desinterés o por una especie de damnatio memoriae colectiva. En cualquier caso, la historia militar vuelve a estar en deuda con esta cada vez más consolidada editorial.


A lo largo de la obra, son especialmente reveladores los testimonios, plasmados tanto en la correspondencia personal de los protagonistas como en los archivos oficiales, del interés de José Bonaparte en tener un buen ejército como rey de España y que este, a su vez, le tuviera a él como legítimo rey al que obedecer, seguir y ser fiel, y no ser, por ello, traidores a la patria. Así lo atestigua, por ejemplo, el general francés Auguste Julien, conde de Bigarré, en sus memorias: “Había en la División de la Guardia Real, que yo mandé durante cuatro años, un regimiento de fusileros españoles bajo mis órdenes. Me place rendirles esta justicia: que servían tan bien como los dos regimientos de granaderos y de tiradores franceses de esta división”.
Otro general francés se refería a los militares españoles al servicio de José en los siguientes términos, poco antes de que los cuerpos fueran disueltos en 1813, en una carta al emperador: “Los militares que componen estos cuerpos han seguido voluntariamente los destinos del ejército francés y del augusto hermano del emperador. Nada les forzaba al sacrificio que ellos han hecho abandonando su país, sus familias, sus fortunas; son el residuo de los militares españoles fieles a la dinastía francesa”.
Y muchísimos más son los testimonios de las fuentes que desmienten el tópico de la total y absoluta unidad española en contra del francés durante el reinado de José I, amén del famoso cuerpo de españoles, el Regimiento José Napoleón, integrados directamente en las filas de la Grande Armée, que lucharon en numerosos campos de batalla, como en el de Borodinó, a las puertas de Moscú, en septiembre de 1812.


No olvidemos que muchísimos españoles, amantes de su patria, tuvieron que dejar España tras la llegada de Fernando VII, para morir en el exilio francés, como estuvo a punto de ocurrirle al gran pintor Francisco de Goya, quien estuvo al servicio del rey José, pero fue finalmente exonerado de las acusaciones.
Mucho más se podría decir del interesante tema que aborda este libro, pero baste señalar su extenso desglose de cada uno de los cuerpos que formaron el ejército de José Napoleón, los decretos que lo fueron moldeando, los uniformes y equipos que portaron sus hombres, los mandos que los dirigieron, las batallas que libraron y el destino que vivieron.
No falte, además, señalar la excelente colección de láminas a color para ilustrar los tipos de soldados, sus uniformes, etc., de artistas consagrados a la pintura de temática militar como son Augusto Ferrer-Dalmau, Dionisio Álvarez Cueto, José Luis García Morán, Massimo Fiorentino o Patrice Courcelle: todo un placer para la vista. Además, el volumen cuenta con numerosas imágenes y fotografías que ilustran cada uno de los puntos.
En resumen: un libro sumamente especializado que hará las delicias de los especialistas, e interesados en general, en los ejércitos de época napoleónica.

