Revista de actualidad, cultura y pensamiento

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Rafael Pou LC

Felizmente consagrado a Dios como religioso legionario de Cristo. INFJ, Libra, 0 negativo; 2% práctico. Entre mis aficiones: amar a Dios, servir a los hombres, conquistar el mundo para Cristo.

Rafael Pou LC tiene 24 artículos publicados

El Silmarillion: la teo-antropología de Tolkien

En Democultura/Literatura por
Aragorn es el último de los hombres de númenor descritos en el Silmarillion.

La historia de la caída de Númenor nos presenta un mundo (Arda) presidido por un Dios creador trascendente y lejano, Ilúvatar, y unos espíritus inferiores que custodian y gobiernan el mundo en su nombre, los Valar. Estos son una mezcla de dioses olímpicos, ángeles y fuerzas de la naturaleza, que protegen Arda al servicio de los hijos de Ilúvatar, que son los elfos y los hombres. Uno de ellos, Morgoth, se rebeló contra la “Música” de Ilúvatar, contra su plan, y buscó engañar y someter a elfos y hombres bajo su poder en vez de servirlos.

(Este artículo examina la antropología teológica contenida en ‘El Silmarillion‘, el libro en el que J.R.R. Tolkien relata el origen e historia de la Tierra Media, en la que tiene lugar la saga de ‘El señor de los anillos’ y ‘El hobbit’.) Sigue leyendo

Daenerys, Tyrion, Ratzinger y el High Sparrow se toman un café

En Series por

Es peligroso, en estos días, pasearse por las calles de King’s Landing. Miles de fans se han echado al monte, cual Sparrows en armas, pidiendo en una bandeja de plata la cabeza de los grandes septons David Benioff y D.B. Weiss. O por lo menos, una procesión pública (Shame! Shame!) pidiendo perdón por sus infamias, en un acto penitencial que les librará de ser inmolados en una pira (justa y necesaria reparación al Señor-de-los-finales-comme-il-faut). Si todo sale bien y la plebe no se entusiasma en su venganza, se les permitirá huir hacia el Muro, “take the black” y pasar el resto de sus días congelándose en el Norte, acompañados, eso sí, por su mascota favorita.

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Los hijos rebeldes del paraíso perdido

En Filosofía/Religión por

A menudo, pensamos que el paradigma en base al cual el europeo medio interpreta la realidad es el materialismo. Es decir, el credo, más o menos explícito, de que sólo existe la materia y la Ciencia es su profeta que lo explica todo (y lo que no explique hoy, lo explicará mañana). Eso es sólo una media verdad, porque movimientos tan poderosos como el marxismo, feminismo, ecologismo y otros semejantes no son explicables solo desde esa óptica. Sigue leyendo

¿Existe Dios? El problema del mal y de la injusticia

En Religión por

A la afirmación de existencia de Dios los ateos siempre le han encontrado algunos ‘peros’. Probablemente, ninguno tan poderoso como el problema del Mal, de la Injusticia. Sigue leyendo

Por una razón abierta

En Filosofía por

¿Cómo acaba la historia de Ulises, el marino griego? Según la versión que nos vendieron a todos, regresa a casa, se carga a los malos, rescata su mujer y comen perdices por siempre jamás.

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Antropología existencial: jugarse todo por el todo

En Antropología filosófica/Filosofía/Pensamiento por

Cuando escuchas la palabra “antropología”, seguramente lo primero que te viene a la mente es una manada de monos corriendo por la selva, y uno de ellos separándose del grupo para empezar a pintar las cuevas de Altamira. Cuando lees “existencial”, piensas quizás en algo dramático y terrible, grupos de alcohólicos anónimos y divanes de psiquiatras. Como resultado, “antropología existencial” te podría sugerir un grupo de monos deprimidos a punto de suicidarse al filo de un barranco, en una extraña mezcla de El planeta de los simios y 13 reasons why. Pero no, tranquilo, la antropología existencial no es nada de eso. Sigue leyendo

El Instagram de Dorian Gray (II)

En Antropología filosófica/Asuntos sociales por
millenial

Caída y redención del millennial postmoderno (Viene de un artículo anterior)

2.“Vive de máscaras” 

Aquí entra de nuevo nuestro amigo Dorian, que es, por excelencia, el hombre de la apariencia: un atractivo triunfador vitalista, galán y aventurero, árbitro de la elegancia de la sociedad londinense que parece no encontrar otro objetivo a la vida que el de disfrutarla intensamente a cada instante, despreciando toda motivación superior y todo valor y código ético. Pero esa apariencia exterior, en la que vive frenéticamente volcado, oculta un secreto interior, simbolizado en ese cuadro que tiene escondido en el desván. Un retrato que va deteriorándose y encarnando toda la fealdad y degradación que su apariencia no muestra, a medida que abandona a sus amigos, acuchilla fríamente a su mejor amigo y va traicionando a todos sus seres queridos.

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El instagram de Dorian Gray: caída y redención del millennial postmoderno

En Antropología filosófica por
Millenial

Pese a que los millennials estamos hasta las narices de que se nos eche en cara lo inútiles e inmaduros que somos, se hizo viral hace no mucho un vídeo de un tal Simon Sinek, en el que se pone el dedo en la llaga haciendo un acertado diagnóstico de nuestra entrañable “Y generation” .

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La Teología del Libro de la Selva

En Religión por

En el último capítulo del Libro de la Selva, Kipling nos presenta a Mowgli con diecisiete años. Hace ya tiempo que mató a Shere Kan, y derrotó a los perros jaros. Ahora está en la plenitud de su fuerza, y todo el pueblo de la selva le teme. Es, como le llamarán más tarde, “un dios de los bosques”, “el amo de la selva”. Llega la primavera. Parece que todo es perfecto. Y, sin embargo… Mowgli tiene el corazón oprimido, y no sabe por qué… Sigue leyendo

¿Es posible amar para siempre?

En Pensamiento por

En “The entire story of you”, Black Mirror nos presenta la historia de Liam, un joven e inseguro abogado que empieza a sospechar a sentir celos de la relación de su mujer con otro hombre. A medida que la historia avanza, sus celos se vuelven más paranoicos, y, desgraciadamente, los hechos acaban confirmando sus peores sospechas. Sigue leyendo

Ignacio Echeverría: ¿mereció la pena? (Valar dohaeris)

En Asuntos sociales por

Confieso que me conmoví hasta las lágrimas cuando escuché la noticia de Ignacio Echevarría, su monopatín y su muerte en el atentado de Londres. No sé si fue por la belleza de la acción, realizada por un tío normal, un ciudadano cualquiera, que pasaba por ahí con sus amigos… o por la desproporción quijotesca entre su monopatín y los asesinos, entre sus posibilidades de éxito y el valor con que se lanzó al ruedo. Sea por lo que fuera, me llegó al alma.

Después de la emoción, sin embargo, viene la pregunta: ¿por qué? ¿por qué lo hizo? ¿Un calentón sentimental irreflexivo? Supongo que un materialista cientificista me diría que su acción fue causada por la oxitocina, una sustancia que provoca en los humanos (y en otros mamíferos similares) sentimientos de apego, de afecto hacia los semejantes, de empatía. Ese líquido se habría cruzado por su cerebro, produciendo la acción irracional que todos conocemos, que le llevó a perder la vida. Sigue leyendo

Los Godos de Pérez-Reverte

En Cultura política/Pensamiento por

Leí hace bastante tiempo un artículo de Pérez-Reverte, terriblemente lúcido, llamado “Los Godos del emperador Valente”. En él enuncia las sombras que se ciernen sobre Europa, fruto de la amenaza terrorista, la presión migratoria y sus debilidades internas, en un audaz paralelismo con la caída del Imperio Romano, para acabar sentenciando:

“El problema que hoy afronta lo que llamamos Europa, u Occidente (….)  es que (…) tiene fecha de caducidad y se encuentra en liquidación por derribo. Incapaz de sostenerse. De defenderse. Ya sólo tiene dinero. Y el dinero mantiene a salvo un rato, nada más”. Sigue leyendo

“El yo es una ilusión”: Sam Harris y su budismo materialista

En Filosofía/Pensamiento por

En este vídeo, el buen Sam Harris nos propone que el “yo” es una ilusión, y nos invita a trascenderla, en una exhortación conmovedora que une su riguroso materialismo con algunas ideas de sabor claramente budista.

(Habíamos hecho ya notar, en dos artículos anteriores (1 y 2), el gap explicativo del materialismo neurocientífico, que a partir de la observación de cierta actividad cerebral, pretende ser la causa única y suficiente de la aparición de un “yo”, de una subjetividad, de una vida interior que, por su misma naturaleza, no es “observable” directamente por una persona distinta de la que la experimenta y, por tanto, queda fuera del alcance de las ciencias naturales. Éstas pueden establecer correlaciones entre nuestras vivencias subjetivas y su base material-neuronal, pero afirmar que esta base material es toda la realidad o su única causa es una tesis filosófica, no científica, y en todo caso no demostrada). Sigue leyendo

Transhumanismo e inmortalidad: el síndrome de Numenor

En Antropología filosófica/Ciencia y tecnología/Pensamiento por

Y  el último enemigo en ser derrotado será la muerte” (1 Cor, 15,26)

¿Qué significa ser hombre? ¿Cuál es su destino? La evolución de la tecnología y las profecías del movimiento transhumanista parecen proponer nuevas respuestas y horizontes a estas preguntas, con sus promesas de mejorar e incluso transformar al ser humano, dotándole de más inteligencia, salud, bienestar emotivo, de la personalidad, etc. No cabe duda de que, hoy más que nunca, es necesario que el desarrollo tecnológico sea acompañado por una reflexión antropológica y ética. Y reflexión que no quiere decir necesariamente miedo, conservadurismo o rechazo a toda costa.

Cuando se busca lo que es natural y bueno para el hombre, no nos referimos a lo biológicamente natural. Nada más natural que el dolor de cabeza, y ninguno se privaría de una aspirina en base a semejante argumento. No. Lo natural es lo metafísicamente, axiológicamente natural, es decir lo que concuerda con la identidad profunda del hombre, que nos ilumina sobre qué caminos conducen a su realización, y qué vías, en cambio, son callejones sin salida que no traerán sino destrucción. Sigue leyendo

Antropología existencial: la publicidad

En Pensamiento/Publicidad por

Los perros no ven publicidad. Y si por un imposible pudiéramos ofrecérsela, el catálogo de ofertas sería deprimentemente reducido. ¿Qué les podríamos ofrecer? ¿Más comida? Y, ¿de verdad les motivaría tanto si les dijéramos que va a ser más sabrosa, o que viene con Omega 3?

Y es que decía Santo Tomás, con esa biología primitiva pero no carente de sentido común, que los animales actúan motivados siempre y sólo por dos cosas: “cibum et coitum”. (Los poco duchos en latín quizá agradezcan el dato de que “cibum” quiere decir comida). Un manojo de instintos simples y primarios, que, una vez satisfechos, se adormecen hasta que el organismo vuelva a necesitarlos para servir a su supervivencia y al de la especie.

No sucede así con el hombre, y los anuncios de la tele de estos últimos días son la mejor muestra de ello. Porque la publicidad no nos vende comida, vestidos, coches, detergentes. Nunca lo ha hecho. Nuestra necesidad de todas esas cosas, es, en realidad, muy limitada. Las necesidades del cuerpo son muy limitadas. No así las del espíritu.

¿Espíritu?

La publicidad no te vende “cosas”. Ninguna necesidad física de vestido, refugio o comida puede explicar el furor de los hombres por un Rolex o por el último iPhone, y dudamos de que el olor sea tan determinante para decidir a una mujer a comprarse un perfume Chanel nº 5. Cuando compramos, muy a menudo no estamos comprando objetos materiales, sino los valores (“espirituales”, trans-materiales) que el publicista asocia a su producto. Estamos comprando un billete de entrada en el maravilloso mundo Disney que nos promete el anuncio.

Parece que el aburrimiento existencial de los hijos se cura con un huevo kinder

Así es. La publicidad no vende cosas: dibuja un Paraíso. Despliega un glamuroso mundo ficticio, lleno de empresarios triunfadores e individualistas con cochazos lujosos y mujeres despampanantes; repleto de jóvenes rebeldes con ropa cara que distribuyen su tiempo entre fiestas frenéticas rociadas de Heineken, amores apasionados y fugaces bendecidos por Axe y cruceros por el Caribe patrocinados por Malibú. Las mujeres encuentran en L’Oreal la seguridad personal que buscaban, y el aburrimiento existencial de los hijos se cura con un huevo kinder o con algún subproducto de Toys’r’us. Un mundo en el que no podemos (todavía) detener el tiempo o vencer a la muerte, pero en el que, para todo lo demás, puedes contar con Mastercard. El proceso de secularización de la esperanza, iniciado con la Ilustración y continuado con las grandes ideologías del siglo XX, ha concluido en un consumismo frenético que trata de saciar el espíritu a golpe de talonario. Todo lo cual viene a ser una interesante de la confirmación de la teoría de Jean Guitton, para el que el hombre es un ser que materializa, cosifica lo divino (idolatrías, visión de Dios como curandero y tapa-agujeros que arregla mis problemas) y diviniza lo material (así, la “idealización” de lo material que estamos analizando).

Y en ese mecanismo, la publicidad es siempre una mentira piadosa, que nos tragamos sin protestar por un pacto tácito con el “sistema”. La mentira piadosa de pegarle, a un conglomerado de plásticos, nylon, cartón, metal u otros materiales varios, una etiqueta espiritual, un valor.

Porque el publicista lo sabe. Sabe que buscas el coche que refleje tu status social, y la marca de whisky que combine con tu personalidad. Tu calzado y tu cazadora son el uniforme de tu tribu urbana, y las canciones de tu iPod narran tu entera biografía sentimental. Corres a comprar colonias que prometan convertirte en el macho alfa. Adoras el poder, la fuerza, la belleza y el prestigio, y seguirás a cualquier chamán que te asegure poseerlos.

Espíritu sí, por tanto, y espíritu insaciable

Todo eso deseas, y mucho más. No habría suficientes lámparas ni genios en el universo para saciar esa interminable lista de la compra, esa infinita carta a los Reyes Magos que es tu corazón. Ninguno de esos objetos realiza totalmente el valor buscado, y ninguno de esos valores acaba por ser del todo la llave de tu felicidad, ninguno es del todo “what I’m looking for”.  La pregunta es por qué. ¿Podríamos sentir la sed, si no existiera el agua? Decía Feuerbach, que no podríamos desear el agua si no fuera porque somos, por lo menos parcialmente, creaturas acuosas. ¿Podría existir el hambre, si no existiera el pan? ¿Podría existir la soledad, si no existiera el otro? ¿Qué abismo infinito, entonces, despierta esa pregunta enorme que es el hombre? ¿Qué es esa felicidad que nos duele como un miembro que debiéramos haber tenido?

Quizás,  nada, ninguno. Quizás sea el hombre, como dice Sartre, “una pasión inútil”, y el deseo sea, como dice Cernuda, “una pregunta cuya respuesta no existe”…y quizás sólo nos quede tratar de olvidar la pregunta y que la muerte nos pille distraídos.

….o quizás sí.  Quizás sí existe una respuesta. Y por eso, quizás, el verdadero regalo, el único Regalo, con mayúsculas, nació en Belén hace más de dos milenios, y que aseguró, en sus propias palabras ser el Camino, la Verdad y la Vida, el Agua viva que sacia para siempre y el Cordero que quita el pecado del mundo.

Esas son las dos opciones. Ese es el dilema. Sólo queda que hagan sus apuestas…o mejor dicho, que tomen nota de que ya están hechas. Tu vida ya está en la mesa. Sólo queda decidir, con tus acciones, de qué lado del portal de Belén quieres ponerla. Par o impar. Cero o infinito. Todo o Nada. La decisión es tuya. ¡Feliz 2017!

 

Yo, robot (o por qué Siri nunca será tu amigo)

En Antropología filosófica/Asuntos sociales/Ciencia y tecnología/Filosofía por

En un añito, según parece, tendremos en nuestras pantallas Blade Runner 2049, la secuela de la peli de culto de Ridley Scott.  La primera era una adaptación de la novela “Do Androids Dream of Electric Sheep?”, y nos lanzaba una pregunta: ¿sería posible fabricar androides “más humanos que los humanos”, como los replicantes de Tyrrell? Dicho en otras palabras: ¿llegará Siri algún dia a ser el mejor amigo del hombre? Sigue leyendo

El dilema de Ned Stark: Game of Thrones y la moral

En Democultura/Pensamiento/Series por

Robert, I beg of you,” Ned pleaded, “hear what you are saying. You are talking of murdering a child.”

El rey, Robert Baratheon, está reunido con su consejo. Les ha llegado noticia de que Daenerys, la última superviviente de la destronada y exiliada dinastía de los Targaryens, se ha casado y está esperando un niño. Sigue leyendo

El neurofraude de las pseudociencias

En Antropología filosófica/Ciencia y tecnología/Pensamiento por

Las neurociencias: el trending topic de la vanguardia científica, la niña mimada de la investigación, que ha hecho de nuestro cerebro un nuevo mundo por explorar, hasta el punto de que se ha podido decir que el nuestro será “el siglo del cerebro”. Un panorama prometedor para una ciencia aún en pañales; una ciencia que no pretendo criticar ni cuestionar.

Sin embargo, ya sabemos que no es oro todo lo que reluce. En el río revuelto de la revolución cognitiva, no faltan los pescadores materialistas de siempre, que vuelven a la carga, diciéndonos, como resume S. Nannini, que “así como se puede, después de Darwin, prescindir de Dios para explicar la vida, se puede igualmente prescindir del alma para explicar la inteligencia”. Sigue leyendo

¿Somos solo átomos? El pastel de cumpleaños y tu alma inmortal

En Ciencia y tecnología/Filosofía/Pensamiento por

Probablemente no lo sepas, pero cada vez que soplas las velas del pastel de tu cumpleaños estás demostrando que tienes un alma inmortal. Que eres espíritu.

Esto puede sonar un poco chocante: hemos sido educados en una mentalidad materialista que nos enseña que lo más razonable es pensar que todo acaba en la tumba. Sin embargo, si lo pensamos con calma, veremos que el materialismo coherente no te dice que no vivirás después de la muerte. El materialismo coherente te dice que nunca has estado vivo. Sigue leyendo

Los hijos malditos de la Historia (1978-1995)

En Pensamiento por

“Lo que posees acabará poseyéndote” – afirmaba con desprecio Tyler Durden – “Suéltate”

El Club de la lucha: Una película que fracasó en la taquilla pero se convirtió con el tiempo en un obra de culto. Una peli que, al margen de otras posibles consideraciones, podemos leer como una crítica brutalmente nihilista y amoral-no apta para estómagos delicados- de la sociedad consumista occidental de antes de la crisis.

Una crítica de la sociedad consumista. Sí, esa que vio caer el muro de Berlín y que creyó haber llegado al “fin de la Historia”. Sí, esa que celebró la muerte de Dios y el ocaso de las ideologías. Esa que dio a luz a la que los sociólogos llamaron la “generación Y” y que es la nuestra, la de los nacidos entre los finales de los 70’s y mediados de los 90’s. Los “GYPSY” (Gen Y Protagonists & Special Yuppies), egocéntricos y narcisistas, protagonistas indiscutibles de nuestra propia película.  Los GYPSY: la generación  que llevó a algunos a hablar de la “crisis de las élites”. Clases medias y altas enriquecidas y descreídas, cuyo único credo fue la diversión, y su único mandamiento, el consumo. La ropa y la música, las nuevas formas de afiliación: eres lo que vistes, eres lo que escuchas Sigue leyendo

Un sueño llamado Europa (II)

En Cultura política/Pensamiento por

 

Nos duele Europa. Nos duele, no sólo por el atentado que hace unas semanas golpeaba París y conmocionaba al mundo. Nos duele también porque Europa, parafraseando a Ortega, “es todo lo que no debía ser, y casi nada de lo que debía ser”.

¿Por qué? ¿Por qué anochece en Europa? ¿Por qué el Viejo continente no da sino muestras de cansancio?

(Viene de un artículo anterior)

Tal vez nos pueda dar una respuesta ese europeo perturbado y genial que fue Nietzsche, que adivinó el ocaso de Occidente mucho antes que sus contemporáneos:

“¿No habéis oído hablar de ese hombre loco que, en pleno día, encendía una linterna y echaba a correr por la plaza pública, gritando sin cesar, “busco a Dios, busco a Dios”?”  Sigue leyendo

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