Pedro Sánchez y la clave socialista
Pedro Sánchez ha sido una anomalía de Matrix. Siendo el candidato más desconocido al comienzo de las elecciones internas del Partido Socialista, se convirtió en el secretario general por encima de los favoritos de otros. Las malas lenguas de la política española (que son muchas), dicen que todo consistió en posicionar un liderazgo endeble para facilitar el ascenso de otro liderazgo que optó por permanecer en “la sombra”.
Hoy, varios meses después, Pedro Sánchez afronta su primer reto electoral como candidato de un partido que, según distintas encuestas, parece condenado a una importancia en declive. El histórico partido del Pablo Iglesias, de las 4 victorias de Felipe González, y los dos gobiernos de Zapatero, se ve hoy en una lucha incesante por ver quién será la cabeza de la oposición. El objetivo formal es ganar, pero el subyacente es sobrevivir.
Cuando se pensaba que había tocado el suelo, en el PSOE sacaron las palas y comenzaron a cavar más profundo, buscando oro se encontraron con un pozo sin fondo. La “radicalización” del programa socialista, no redundó en mejoras electorales. Por el contrario, a los cerca de 40 diputados que el PSOE perdió entre 2008 y 2011, hay que agregar que los sondeos de estas semanas estiman que están cerca de perder otros 30 escaños. Sigue leyendo