Revista de actualidad, cultura y pensamiento

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Marcos Nogales

Periodista en CESAL. Estoy aprendiendo siempre. Me apasionan la política, las causas sociales y la literatura. Soy un poco laísta cuando puedo y acentúo los 'sólo' cuando significan solamente. Formo parte del equipo de Democresía.

Marcos Nogales tiene 10 artículos publicados

Cuando todo esto pase

En Cuarentena/Distopía por

Habrá un momento, puede ser dentro de meses o de años, en el que toda esta crisis quede lejana en el retrovisor de la memoria. Los familiares de fallecidos seguirán extrañando los abrazos que no pudieron dar en velatorios y funerales, en la retina perdurará el dolor de ver lugares de entretenimiento convertidos en morgues y las calles de las nuevas metrópolis convertidas en un escenario cualquiera esperando a los actores. Los afectados por los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo serán, en muchos casos, parados de larga duración. Personas trabajadoras convertidas en vulnerables e imposibles de reincorporar al sistema laboral por múltiples causas de índole económica o formativa que no serán más que excusas y eufemismos muy prácticos para abaratar costes. En resumen, sanará la herida pero perdurará la cicatriz de la brecha social.

Cuando este momento pase de ser rabiosa actualidad a un hecho histórico, el espacio de análisis de los gobiernos se limitará drásticamente: ¿cuánto se tardó en decidir que se prefería una sociedad más pobre pero con menos bajas?, ¿hubo decisiones valientes o tibias?, ¿había comunicación y coordinación o primaron otros factores? Entre una infinitud de preguntas que difícilmente serán respondidas porque, en la nueva normalidad, la nueva política ya estará embadurnada del barro que tanto le afeó a la antigua.

El romanticismo del aislamiento en el que todo el mundo hablaba de un “cambio significativo” quedará eclipsado por una vuelta a la carretera de miles de coches que lucharán contra la descontaminación, empresas que no entenderán qué pueden mejorar, sociedades precozmente olvidadizas. Volverá el ritmo frenético, si es que alguna vez se ha ido, y la falta de espacios y tiempos para una reflexión activa que lleve a conclusiones prácticas.

Este cambio significativo lo viven, lo vivirán muchas familias que partieron de una situación triste y llegarán a una situación desoladora; que tendrán que educar a sus hijos en la precariedad, que tendrán que agachar la mirada al llegar las facturas, que tendrán que trabajar en B para poder comer y una gran lista de ‘tendrán que’ porque les quedará poca elección. A no ser que nos pongamos de acuerdo en que todo esto no suceda, que no se queden solos.

Durante esta crisis he visto con mis ojos, los mismos que ven a algunos políticos polarizar el ambiente, a una madre de familia llorar al ver que en el paquete de alimentos que una ONG le entregaba iba un puñado de pañales. Pregúntate: ¿cuándo fue la última vez que lloraste? E inmediatamente después piensa que para muchas madres hoy -no ayer, ni mañana- la ausencia de un saco de pañales es un verdadero drama vital.

He escuchado, con los mismos oídos con los que oigo las caceroladas contra unos u otros desde mi casa, cómo se le quebraba la voz a una chica de no más de 25 años explicando que no le quedaba nada para comer. Ella, brillante en los estudios, ha visto paralizada la beca internacional con la que se costeaba alojamiento y manutención mientras su familiar más cercano está a más de siete mil kilómetros de distancia.

Quiero no olvidar nada de esto, ni cómo un amigo me hablaba del último día que estuvo con su madre, horas antes de que falleciese. Cómo su abrazo fue cuidar de ella, una última caricia que se desprendía a través de un gesto sin contacto y una gran carencia, no de algo material, sino de una despedida arrebatada.

Cuando todo esto pase, no quiero una sociedad más rica, la quiero más solidaria; no la quiero libre de mala conciencia, la quiero cargada de gestos tangibles que nos recuerden que, lejos de los telediarios, el mundo era otro; que tan cerca del ruido pudo haber un silencio estremecedor como el llanto contenido por la necesidad de un plato de comida o de un abrazo y un “no te vayas todavía, por favor, todavía no”.

Pedro Pastor Guerra: “Pretendemos cambiar el país pero un país no se cambia”

En Entrevistas/Música por

Pedro Pastor Guerra lleva toda su vida unido a la música, desde los 13 años que compusiese su primera canción hasta sus 23 actuales. Con cuatro discos y cientos de conciertos tras de sí basados en un trabajo de autogestión que a través de multitud de ritmos da voz a mensajes de libertad, empoderamiento, política y amor libre. Se palpa en su música una cercanía a América Latina, a la historia, a colectivos sociales y, sobre todo, a experiencias en una primera persona poco convencional que cada vez llama a un público más numeroso.

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Albert Boadella, Tabarnia y la religión laica del independentismo

En Cataluña/Entrevistas/España por

“Casi no he tenido que hacer fantasía, la realidad a mí alrededor ha sido mucho mejor”. Es difícil que un dramaturgo de la talla de Albert Boadella, con estudios internacionales de interpretación, fundador de la compañía Els Joglars, la friolera de ocho años como director artístico de los teatros del Canal y diferentes reconocimientos en el ámbito creativo pueda decir algo así con el aplomo con que lo dice. Pero ocurrió: el martes 22 de mayo, el presidente de Tabarnia en el exilio, fue el protagonista del II encuentro Alumni UFV by Democresía. Sigue leyendo

Máster en resiliencia para los alumnos de la URJC, excepto Cristina Cifuentes

En Educación/España por

El caso del máster de Cristina Cifuentes despierta preguntas y levanta polvaredas. Las referidas a la política son sencillas: ¿debe dimitir?, ¿cuándo y cómo? Y, Ciudadanos, partido con el que mantiene un pacto de investidura que refleja en su punto 3 que el falseamiento del currículum conlleva la separación del cargo público en cuestión, ¿debería haber actuado ya?

Pero, mientras tanto, otras cuestiones de mayor calado saltan al estrado porque lo cierto es que no se habla de una mentira únicamente. Es decir, no son casos como los de Elena Valenciano, Juan Manuel Moreno o Joana Ortega que tenían en sus biografías públicas errores, cuestiones infladas o erróneas. En el caso de Cristina Cifuentes no se trata de un título inventado o maquillado en su currículum sino de un sistema puesto a disposición de la estructura del poder acreditando algo que presunta y probablemente no exista. Una manipulación del sistema de educación pública, violación de los protocolos y obsequio de un título oficial para la que ya en ese momento ostentaba un cargo público. Sigue leyendo

Periodismo contra las fake news

En Periodismo por

Hace poco charlaba con una amiga periodista sobre la situación del periodismo en la actualidad. Mientras ella me señalaba el todavía fuerte condicionamiento de los medios y periodistas por instituciones públicas y privadas, yo, por mi parte, aceptaba estas premisas pero ponía el foco en otra cuestión: la dictadura del algoritmo.

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Recordarse en los otros para no olvidarse de uno mismo

En Democultura/Música por

Andrés Suárez es un cantautor gallego que se atrevió a coger su guitarra y bajar a Madrid para intentar vivir de unas letras y unos cuantos acordes. Pocas garantías y una ciudad ajena y grande, lo que la hace dos veces ajena para todo lo que tenía como meta. Así las cosas, esto no es una biografía: Andrés tocó mucho y en muchos sitios: en locales, bares, en la calle y el Metro. Pasaron muchos meses, varios discos y ahora llena auditorios, teatros, estadios y todo lo que se ha propuesto hasta la fecha. Todos nos hemos sentido alguna vez Toto, instigados por algún Alfredo a dejar Giancaldo y nuestro Cinema Paradiso para vivir un sueño lejos de casa, pero no todos lo hemos vivido o sabremos lo que es hacerlo; Andrés sí lo sabe.

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De refugiados a aporofobia: esto cuenta la palabra del año

En Asuntos sociales/Pobreza e inmigración por

La Fundación del Español Urgente (Fundéu) selecciona anualmente desde 2013 una ‘palabra del año’ entre todos los términos de la lengua española. No es una palabra nueva, o no tiene que serlo, sino que debe ser una que suscite un interés lingüístico “por su origen, formación o uso” y, enfatiza la organización, “haber tenido un papel protagonista en el año de su elección”. En este caso, la palabra que más ha cumplido estos requisitos ha sido aporofobia.

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OT es “bien”

En Asuntos sociales/Democultura/Música por

Llevo unos cuantos días intentando escribir sobre el fenómeno de la vuelta de Operación Triunfo. Primero pensé en hablar sobre la faceta política que está teniendo esta edición y cómo influyen a los jóvenes los temas tratados y la manera de dialogarlos. En segundo lugar, me rondó la cabeza hablar de la incidencia social de un programa primordialmente musical que copa las tendencias de redes sociales y bate récords en reproducciones (todavía no en audiencia) día tras día. Por último, pensé en lo obvio: hablar de la música. Pero, ¿cómo? Pues quiero ir de lo abstracto de la música en la actualidad a lo concreto que es Operación Triunfo porque creo que quiebra el statu quo al que estábamos acostumbrados. Sigue leyendo

Para qué estamos leyendo

En Literatura por
pacto con el lector

Estaba claro el propósito de Aldous Huxley, George Orwell, Ray Bradbury y el resto de autores de este tipo al escribir sus historias. La distopía es uno de los géneros narrativos más claro y ambicioso: escriben para que el lector cambie su parecer en cuanto al mundo, al desarrollo, al poder. Escriben para buscar trascendencia, luchar contra la artificialidad, para aceptar la realidad humana como cualidad y no como castigo del que huir o evadirse. Imagino a estos autores haciendo mapas conceptuales, estudiando la historia y cómo evocar elementos que apelaran de lleno a quien los lea.

No una apelación leve sino una apelación que hiciese tomar conciencia del peligro que corre el hombre al cegarse en el desarrollo, en la ignorancia o en la sumisión. ¿El lector acaso es consciente de por qué aborda unas obras y no otras?, ¿para qué lo hace? O simplemente la lectura es un pasatiempo que pasa por encima de estas cuestiones. Sigue leyendo

Que sustituyan a Guardiola

En Cataluña por

Carles Puigdemont no ha sido recibido en Bruselas ni Marruecos, Venecia le dio largas y Estados Unidos se desentendió de él. Es normal que ahora Cataluña tenga que buscar un representante internacional que sí sea recibido por otros mandatarios. Pero este afán les ha precipitado a delegar este rol de importancia a alguien del mundo del deporte, ¿creará la república catalana un ministerio de deportes antes que de gobierno? Al fin y al cabo han asumido que esta faceta tiene mayor calado que su esfera política.

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