Cóbreme en vena, por favor
“Una verdad incuestionable. Tanto tienes, tanto vales. Has mordido el anzuelo”. Los irreverentes de Discordia entonaban a golpe de charles, bombo y platillo estos versos. En la era del contactless humano, del esfuerzo por impermeabilizarse de las periferias humanas, difícil es caer en una conversación de amigos o de trabajo donde el consumo no sea el protagonista.
Mis vacaciones, mi coche, mi moto, mi smartphone, mi frigorífico inteligente, mi merienda inteligente…
¿Mi cabeza y corazón inteligentes?