Jimina y el Rey: crónicas de la imaginación paranoica
Decía Milan Kundera que las personas entendemos nuestras vidas con la forma de un relato, que imponemos al recuerdo una presentación, un nudo y un desenlace, y que según estos vivimos siguiendo un guión y una simbología concreta. Son los relatos más que la verdad en crudo los que dan un sentido operativo a la vida. Si ciertamente el hombre es un ser narrativo, antes aun que social, el género de la humanidad en su conjunto debe de ser el satírico; y es que a estas fechas de cuarentena ya cuecen las redes sociales y los pucheros del esperpento están que echan humo.
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