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Aarón Cadarso

(@AaronKadars) Licenciado en Comunicación Audiovisual con Máster en Cinematografía es un hombre tritema desde que empezó a ir al cine, jugar a la Super Nintendo y chutar violentamente una pelota contra una ventana. Cree que toda película/videojuego/gol debe aspirar a un anhelo trascendente. Se esfuerza cada día en ser el pensador que no piensa en nada. Actualmente oposita para metaforista. En otra vida fue un koala.

Aarón Cadarso tiene 13 artículos publicados

Kentucky Route Zero: siete años para viajar de vuelta a casa

En Videojuegos por

Un viejo transportista de una tienda de antigüedades tiene un último encargo. Sabe la dirección pero no encuentra la ruta que debe tomar que, no es otra, que la carretera cero. 

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Un viejo transportista de una tienda de antigüedades tiene un último encargo. Sabe la dirección pero no encuentra la ruta que debe tomar que, no es otra, que la carretera cero. 

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Un viejo transportista de una tienda de antigüedades tiene un último encargo. Sabe la dirección pero no encuentra la ruta que debe tomar que, no es otra, que la carretera cero. 

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Circuitos contra el tiempo

En Videojuegos por

¿El hombre del futuro, pese a todo el conocimiento que adquirirá, querrá vivir más allá de la muerte, superarla y traspasarla? En la ciencia ficción especulativa que aborda el transhumanismo, sus personajes habitan futuros distópicos que plantean dilemas morales sobre la expansión de nuestro tiempo en la tierra. Dilemas tales como si merece la pena vivir prolongadamente, pagando el precio de convertirnos paulatinamente más bien en humanoides con pasado humano, deshumanizándonos progresivamente, olvidando nuestra fecha de caducidad natural. Viene al caso >Observer_, un videojuego de producción polaca ambientado en una Polonia cyberpunk de 2084, evidente homenaje, un siglo después, al título más reconocido de George Orwel, 1984.

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Tiempo perdido

En Videojuegos por

Un videojuego de mundo abierto normalmente obliga al jugador a dedicarle, como mínimo, un centenar de horas. Se dice pronto, cien horas. Pueden ser muchas más si se quiere completar el videojuego al 100%. Este género de videojuego incentiva su total exploración, su total dedicación en confrontación con la vida real del jugador que también debe vivir.

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Metacontrol

En Series por

No hemos aprendido nada. Black Mirror: Bandersnatch nos lo ha demostrado una vez más. Ríos de tinta sobre una trama sustancialmente irrelevante ha captado la atención de internet, cuando lo que debería haber copado la atención es la alegoría tras el metacontrol que subyace en esta película interactiva. El espectador comienza a saborear el destino de su protagonista, esclavo narrativo en su jaula de guión. Al igual que un videojuego, este experimento no puede ocultar del todo que se trata sencillamente de un sistema, ni más, ni menos.

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Lo que queda después de una buena película de terror

En Cine por

Es Halloween. Mucho se ha escrito sobre el origen de esta tradición que ha devenido en sábanas blancas, tintes rojos y calabazas de plástico. 

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Jugar, placer responsable

En Videojuegos por

Jugar a videojuegos tiene mala fama en el mundo adulto, sobre todo entre los más “intelectuales” que lo tildan de influencia negativa para los más jóvenes y los no tan jóvenes. Lo definen como un intento de arte, abocado al mero y banal entretenimiento evasivo que impide realizarse a quienes dedican horas a este joven y aun por definir, “octavo arte”. Sin embargo, cuarenta años de desarrollo es pronto para finiquitar una tendencia artística tan integrada en la actualidad que como cualquier arte busca expresarse, dirigiéndose fundamentalmente a quien lo vive e incorpora a su experiencia.

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Javier Aller: el marciano inmortal

En Cine por

Javier Aller se fue hace unos días. Regresó al planeta surrealista que pertenece. El primer avistamiento de su persona en nuestro planeta fue en el año 1998 con El milagro de P. Tinto donde debutó en el cine interpretando un fastidioso marciano adicto a la gaseosa.

Aller desde entonces nunca dejaría de interpretar en sus películas la misma actitud vital bizarra y sencillamente genuina. Sigue leyendo

What Remains of Edith Finch: la familia a través del videojuego

En Videojuegos por

Edith camina despacio por un sendero encharcado, el cielo gris apaga el bosque tranquilo. No se escucha nada salvo sus pausadas pisadas. Una melancólica brisa acaricia su frío rostro como indicando que levante su mirada del camino. A lo lejos, entre las copas de los arboles, puede distinguir la inigualable silueta de lo que antaño fue su hogar. Un remanso de paz y de amor que no conoció limites y donde ahora, absorbido por el libre sonido del bosque le espera en silencio su llegada. Siete años han pasado desde que Edith abandonara su hogar repentinamente. En el testamento, su madre le dejó una única llave pero  no le dijo para que servía. Sigue leyendo

Dentro de nosotros (INSIDE)

En Videojuegos por

Cuando somos testigos de algo significante y lo vemos concluir, en ese vacío libre de sentimientos, empezamos a situarnos y a discurrir silenciosamente, despertando nuestras más inesperadas emociones. En el momento en el que una obra nos trasciende, estamos ligados a la difusión de su mensaje para ahondar en la compresión del deslumbrante misterio que supone ir más allá de lo inexplicablemente cierto. Sigue leyendo

The last guardian: amistad y heroísmo

En Democultura/Videojuegos por

En mi infancia me cautivaba escuchar los asombrosos relatos que contaban mis mayores. Historias donde el bien, perpetuamente cercado por la oscuridad, alumbraba de manera espontanea la senda de la realización del héroe en las circunstancias más inclementes. Esas historias, leyendas, mitos y cuentos, hacen que al escucharlas seamos quienes somos. De un modo casi imperceptible son una parte muy íntima de nuestra vida, esquemas mentales que arrojan luz ante la alargada sombra de nuestras dudas.

Nos enseñan que los héroes nunca supieron su insigne condición hasta que se embarcaron en las gestas a las que estaban destinados, al igual que nosotros aún desconocemos el potencial de nuestras virtudes en una realidad que nos pone inexorablemente a prueba. Sigue leyendo

Podium “raruno”de las mejores películas de 2016

En Cine/Democultura por

Una vez concluido el 2016, uno hace balance de lo bueno y lo malo y respecto al cine piensa si mereció la pena ir a las salas. Y la verdad es que sí, siempre hay cabida para la sorpresa. A continuación tres películas que posiciono, muy personalmente, en el podio de historias que merecen ser escuchadas; dispuestas a zarandear nuestra poca paciencia y capacidad universal de prejuzgar.

 

Medalla de BRONCE

VAIANA

 

Disney volvió a finales de año con fuerza, con una nueva cinta que nos da la sensación de estar ante lo mejor de Pixar. Humor, aventura y amistad brillan tanto que hay que ponerse gafas. Vaiana es la película de animación más completa en lo técnico hasta la fecha, cada año se superan y este no iba a ser menos.

Firme candidata al Oscar de la academia en su categoría, la trama posiciona al espectador en una época muy lejana y poco conocida. Se trata de los pueblos nómadas que vivieron en la polinesia, la islas más remotas del Pacifico Sur.

La riqueza del relato mítico aparentemente simple sobre cómo el hombre expande la semilla de la vida a través del viaje hacia el “más allá” y su relación de armonía con la tierra, nos habla sobre la capacidad innata del hombre para abordar la aventura de redescubrir la razón del pueblo, su tradición.

Vaiana, la princesa destinada a reinar su tribu, establecida sedentariamente durante ya demasiados años en su isla, no puede quitarse de la cabeza una idea. ¿Hay que conformarse con lo establecido? La llamada del mar/vida no ha hecho más que empezar.

 

Medalla de PLATA

ALOYS


La opera prima del suizo Tibias Nölle rebosa de una personalidad encomiable. Se trata de una obra sensorial muy bien medida, donde el sonido y la fotografía son clave para comprender como funciona la cabeza del protagonista, los procesos mentales de un hombre que parece haber renunciado a la realidad misma.

Aloys (Georg Friedrich) es un solitario detective muy reservado. Su vida carece de relación alguna con su entorno, pero una serie de circunstancias le forzaran a percibir la realidad fuera de su obsesiva cabeza, logrando desvelar lo que parece ser el sentido del encuentro.

Pudiera pensarse que se trata de una película carente de ritmo y significado, o incluso achacar la falta exasperante de no evolución del protagonista a lo largo de la trama. Pero pese a ello, destaca en la recreación de los procesos mentales de nuestros anhelos, insinuando el desasosiego que trae consigo el pensamiento posmoderno que nos limita a ser meras islas en el océano de la humanidad, que al reducir la realidad a nuestra escala mental vivimos dos veces la misma realidad, siempre deseando que la interior e ideal sea la experimentada.

Asistimos a la mente de Aloys, donde progresivamente va desvelándose así mismo en el metafórico bosque de la vida. Puente a la realidad, hacia el fascinante marco espacial donde verdaderamente se desarrolla la trama, en esa gris centro Europa recreada con austeridad, rectitud y soledad. 

La película nos recuerda que en los lugares más retirados de la mente es  el amor la luminosa respuesta que integra nuestro ser ante la falta de belleza en nuestra vida, buscando el sentido, saliendo de nosotros mismos para sentir que vivimos, que vivimos de verdad. Muchos, aunque se sorprendan, creen que lo hacen pero ni siquiera han estado cerca. 

 

Medalla de ORO

LA LLEGADA


Sin duda, la mejor película de ciencia ficción del año que como drama puede posicionarse aun más alto. Es de esas películas que recomiendas conteniéndote para no cometer spoiler e ir a la cárcel de los aguafiestas de historias.

El tema central de la historia se desvela de una manera portentosa a lo largo de la historia, dejando finalmente un poso, un buen sabor de boca. Lo propio del buen cine. Cine de autor redondo en lo argumental y en lo técnico.

Doce naves extraterrestres aparecen repartidas por todo el mundo. En Estados Unidos, una filóloga y un físico deberán descubrir las intenciones de los extraterrestres antes de que el ejército corte el diálogo y se produzca una crisis mundial. Hasta ahí puedo, y debo, escribir.

La película reacciona ante el actual “estereotipismo” del cine donde se corre el riesgo de encorsetar las historias a hilos demasiado comunes para sorprender. El director, Denis Villeneuve, tiene un sentido del cine muy distinto a lo ordinario y por ello le otorgo la medalla de Oro.

Aquí continua la critica integra de “La Llegada”

[CRÍTICA] La llegada, sí. ¿Pero de qué?

En Cine/Democultura por

Pocas películas me han causado tan grato desconcierto como es el reciente caso de La llegada. Una ancha obra sostenida por Denis Villeneuve, cualificado director destinado a comerse el mundo con patatas dada su breve pero potentísima filmografía que parece no desfallecer con los años, película tras película.

Ante el actual “estereotipismo” el cine corre el riesgo de convertirse, si no lo es ya, en ese insulso primogénito de la familia audiovisual que aun vive en casa de sus padres, donde su hermano pequeño superdotado (las series) ya quiere emanciparse con 15 años para estudiar filosofía en la Universidad de Pittsburgh. Bromas aparte, el bueno de Villeneuve tiene un sentido del cine muy distinto a lo ordinario y le doy gracias por ello. Sigue leyendo

Firewatch, el incendio de la duda

En Democultura/Videojuegos por

El incendio de la duda solo se puede extinguir con el agua de la verdad. Saber quiénes somos es el mayor de los misterios.

De niño, hubo un tiempo en el que quería ser guardabosques y caminar calmada y sobriamente entre árboles y riachuelos hasta el alba y dormir en la intemperie, como en las películas clásicas de vaqueros que tanto le gustan a mi padre, supongo que todo se pega.

Refugiarse en la soledad es muy tentador cuando el dolor y la inconformidad repentinamente se instalan en nuestra vida, por eso, como si se tratara de una grata sombra huimos del calcinante sol del miedo, cuya omnipresente luz revela la verdad de lo que somos. La soledad da sombra al molesto calor de afrontar las responsabilidades de nuestros actos, que indudablemente nos definen. En esa tesitura se encuentra el protagonista en Firewatch, un videojuego focalizado fundamentalmente en una narrativa íntima y absorbente. Sigue leyendo

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