Cuando no existía el cemento, para fijar las piedras y los ladrillos se utilizaba el mortero, un compuesto que se hacía con una palada de cal (el material más consistente y más caro) y otra de arena (más ligero y más barato).
La expresión “una de cal y otra de arena” se utiliza para calificar la actuación alternativa de algo positivo y de algo negativo, y en este sentido se puede usar para definir la situación del periodismo en España, según se desprende del análisis del “Informe Anual de la Profesión Periodística 2015”, en el que se alternan los datos positivos (la cal: se frena la destrucción de empleo) con los negativos (la arena: cae el salario base medio de los periodistas y, más arena, tres de cada cuatro periodistas declaran ceder ante las presiones).
Efectivamente, aunque las conclusiones del informe son “demoledoras” (según expresión de Victoria Prego, la presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid), “tienen un punto de esperanza” porque los datos negativos se detienen y parece plantearse un futuro un poco más seguro.
Entre los datos positivos figura en que, por primera vez en cinco años, crece la facturación de la televisión, la radio y la prensa impresa y en que aumenta la inversión publicitaria, especialmente en la televisión y en la radio, aunque sigue descendiendo en los medios impresos.
Significativo es el hecho de que los medios de comunicación, sobre todo los informativos, se están trasladando al ámbito digital: las audiencias de los medios tradicionales o convencionales descienden o están estancadas, mientras que los medios “online” crecen al ritmo en que la penetración de Internet en la sociedad es cada vez mayor.
Un dato positivo (otra de cal) es que el número de periodistas en paro ha descendido en 2015. En este ámbito, sigue manteniéndose el clásico desequilibrio: el 64% de los periodistas en paro son mujeres y el 36% son hombres. También el número de directivos es superior al de directivas.
El número de periodistas en paro ha descendido en 2015, pero cada vez hay más periodistas autónomos y se alarga el tiempo de búsqueda de la primera oportunidad.
Entre los datos significativos está la creciente “autonomización” (y perdón por el “palabro” de los periodistas. Efectivamente, son cada vez más los periodistas autónomos: la cuarta parte de los periodistas en activo lo son y, además, nada menos que el 65% cree que el futuro del periodismo pasa por esa condición laboral.
En cuanto a los jóvenes periodistas (y aquí viene otra de arena), se alarga el tiempo de búsqueda de la primera oportunidad. Y en lo que respecta a los becarios (una de cal), la mitad recibe una retribución por su trabajo, pero (la de arena) la tercera parte de los becarios hace prácticas sin contar con un tutor, lo cual desvirtúa el papel que las prácticas debían desempeñar.
Y siguen las de arena: el salario base medio de los periodistas con convenio ha caído en un 17%. Y (una de cal) aunque la sociedad confía en la información que reciben en los medios de los periodistas, la calificación del aprobado es baja (una de arena) por los intereses políticos que la sociedad aprecia en los periodistas y por los intereses económicos que aprecia en las empresas. Los propios periodistas, según el estudio, creen que esa baja calificación se debe al sensacionalismo de los medios, a su falta de independencia y a que plantean la información como un espectáculo.
Por no aburrir con cifras, el informe resalta que la profesión periodística camina paulatinamente al ámbito digital, lo cual está transformando el mundo de la comunicación y la actividad profesional de los periodistas, los cuales están adaptando sus conocimientos a las necesidades del mercado por medio de cursos sobre herramientas “web”, y significativo es el hecho de que entre las nuevas especialidades están la gestión de contenidos digitales y el manejo de las redes sociales.
Se percibe que se mantienen determinados principios profesionales (la búsqueda de fuentes propias, el contraste de la información, los principios deontológicos), pero que todo lo demás está en constante transformación. Una de cal y una (o dos) de arena.