El idioma es uno de los instrumentos que mejor tiene que saber dominar el periodista, insistía yo ante los alumnos en las clases de redacción periodística. Porque, desgraciadamente, vivimos en un país en que se lee poco, y por lo tanto, la gente habla como oye hablar a los periodistas en la radio y la televisión o como lee en los diarios y revistas. De ahí la importancia y la responsabilidad que tienen los comunicadores en el manejo del idioma: como ellos escriban así hablarán y escribirán los lectores, oyentes y telespectadores.
Y resulta que nuestro idioma, el español o castellano, es uno de los más expandidos en el mundo, es un idioma que nos envidian países más importantes que el nuestro. Es un idioma del que podemos sentirnos orgullosos.
Actualmente, más de 470 millones de personas lo hablan en todo el mundo, y son muchos millones. Y otros 21 millones lo estudian como lengua extranjera. Puede decirse que hay en el mundo casi 600 millones de personas entre hablantes nativos, estudiantes de español y quienes tienen nociones limitadas. En definitiva, y por utilizar elementos por todos conocidos: es la tercera lengua más utilizada en Internet y la segunda más empleada en las redes sociales (Facebook, Twitter…).
Y por seguir con las cifras, que siempre son significativas. Los estudiosos prevén que dentro de diez años casi el 8 por ciento de la población mundial será hispanohablante. Actualmente, el porcentaje de quienes hablan en español, un 6,7 por ciento de los 7.200 millones de habitante de la Tierra, es superior al de quienes se expresan en ruso, alemán o francés. Por eso decía antes que nos envidian el idioma países más importantes que el nuestro. Y en ciudades cuyo idioma es el inglés, como Nueva York y Londres, se está produciendo una colonización hispana, y el castellano es el segundo idioma utilizado por sus habitantes.
Como lengua materna, el español es la segunda más extendida por el mundo, solo superada por el chino mandarín. Entre otras razones, el crecimiento se debe a la demografía: el porcentaje de población hispanohablante aumenta, mientras que desciende el porcentaje de quienes hablan en inglés o en chino. Los expertos calculan que en tres generaciones una décima parte de los habitantes del planeta se comunicará y se entenderá en español.
Las nuevas tecnologías están contribuyendo a la difusión de nuestro idioma. Ahora, el ocho por ciento de los usuarios de Internet se relaciona en español. El crecimiento en los últimos años ha sido espectacular: entre el año 2000 y el 2013 el ritmo de expansión ha sido del 1.100 por ciento.
Desgraciadamente, la calidad del castellano utilizado en España es mala, por no decir muy mala. En palabras de un superentendido como es el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, académico de la Real Academia de la Lengua, “la calidad del español se encuentra en un estado zarrapastroso”. El empobrecimiento del idioma se debe, según los expertos, a la mala y escasa lectura y a la deficiente educación en la enseñanza de la lengua.
Curiosamente, el uso de las redes sociales, del correo electrónico y los mensajes en el teléfono “obligan” a escribir con un teclado y, por lo tanto, a reflexionar sobre las palabras que uno debe utilizar para comunicarse. Es decir, que es posible que ahora se escriba más que nunca.
Pero la calidad del lenguaje utilizado sigue siendo zarrapastrosa, por utilizar el calificativo de Víctor García de la Concha. Y lo que más preocupa quizá a los estudiosos es que ese deterioro se produce en todos los sectores, incluso en el sector teóricamente bien escolarizado.
Así que sigue en pie el consejo para los comunicadores (periodistas, locutores, etcétera) de que cuiden el idioma como uno de los instrumentos más útiles, porque la gente hablará y escribirá como oiga o lea a locutores y periodistas.

