Querida Laura:
Hace cinco años viajabas a Galicia con tu chico, David, para pasar unos días con tu familia y enseñarle tu maravillosa tierra. Hace cinco años tenías 21 y acababas de terminar tu tercer año de Medicina en la Universidad de Lleida. Tu sueño era salvar vidas, como bien decías. Hace cinco años ibas en el tren Alvia 04155 que descarriló a las 20:41 horas en la curva de A Grandeira –Angrois— y te convertiste, junto a David, en una de las 81 personas que murieron en tan terrible accidente.
Hoy serías doctora y te habrías especializado en lo que tú quisieras. Hoy serías feliz. Vivirías. Pero no pudo ser.
Si pudieras ver el mundo por un segundo sabrías que tu familia no te olvida ni te olvidará nunca. También sabrías que tu universidad expresó públicamente su dolor por vuestra pérdida y que vuestros compañeros y amigos os consideraban brillantes. Sabrías que eras muy querida, Laura.
Verías cómo todos los familiares —porque también hubo 140 heridos, Laura—se unieron en su dolor y fundaron dos asociaciones, APAFAS y la Plataforma de Víctimas Alvia 01455, para que nadie se olvide públicamente de vosotros en ningún momento. Verías cómo plantaron árboles en vuestro recuerdo en el Jardín del Recuerdo del Pazo de Faramello (Rois, A Coruña) y sabrías que tu familia y la de David eligieron para vosotros el árbol del amor para que estéis siempre juntos. También sabrías que la Plataforma de Víctimas ha publicado un documental en memoria de todos vosotros y que cada 24 de julio numerosos globos flotan por los cielos de Galicia. Comprobarías cómo Angrois se ha convertido en un altar improvisado, con cruceiro incluido, cada día desde aquel 2013 y cómo todos contenemos un poquito la respiración cuando pasamos o pensamos en esa curva.


Pero, por desgracia, te sorprenderá saber que este quinto aniversario aún no se ha hecho justicia. Y es que tuvieron que pasar 1.279 días para que se abriera una comisión de investigación en el Congreso. Nadie ha asumido responsabilidades penales ni políticas. Todavía sigue sin cerrarse la causa del Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago, en la que siete personas están investigadas, y la Agencia Ferroviaria Europea (ERA) no ha publicado a día de hoy un informe sobre la aplicación en España de las normas comunitarias sobre seguridad.
¿Sabes qué es lo peor? Que puede ocurrir otro accidente. Cinco años después del descarrilamiento, el sistema europeo de gestión de tráfico ferroviario, que impide que los trenes superen la velocidad máxima permitida en un tramo y, si pasa, los frena, no está operativo en Angrois —se aprobó su instalación en octubre de 2015—. De haberlo estado el 24 de julio de 2013 no habría habido 81 muertos ni 140 heridos, ni vuestros familiares, amigos y todos nosotros os lloraríamos. Por cierto, tampoco se han instalado portaequipajes seguros en los vagones, aunque sí se han implantado casi en su totalidad las 22 medidas que el Ministerio de Fomento aprobó cuando se produjo el siniestro.
“E voaron os soños… din que ían berrando espidos de alegría” (“Y volaron los sueños… dicen que iban gritando desnudos de alegría”), dice la poeta Asun Estévez en un poema que os dedicó en el primer aniversario. Tus sueños se truncaron aquel día, pero, Laura, nosotros no os olvidamos. Las fiestas del Apóstol y el Día de Galicia (25 de julio) siempre estarán marcados por vosotros.

